Jesús Cintora no se reprimía al contestar tanto a Miguel Tellado como Cuca Gamarra en ‘Malas Lenguas’ por sus críticas a TVE.

 

Jesús

Cintora y Miguel Tellado.

Una nueva ola de reproches reabre el debate sobre la tensión política en la televisión pública

La relación entre el Partido Popular y TVE vive semanas de fricción constante.

Después del cruce de declaraciones entre Miguel Tellado y la periodista Silvia Intxaurrondo, el portavoz popular volvió a situar a la cadena pública en el centro de sus críticas, esta vez desde el Congreso de los Diputados.

Sus palabras no pasaron desapercibidas para Malas Lenguas, el programa presentado por Jesús Cintora en La 1, quien no solo recogió los dardos políticos, sino que también respondió con una reflexión que ha terminado convirtiéndose en la clave del debate: ¿por qué incomoda tanto al PP la línea editorial de TVE en este momento?

La cuestión abrió un análisis más amplio durante la emisión del programa, en el que Cintora señaló que la reiteración de reproches no parecía casual.

El presentador recordó que en días recientes el PP ha insistido en acusar a la cadena pública de promover discursos sobre “golpismo”, un concepto que diferentes voces han utilizado en tertulias y análisis al valorar la situación institucional del país.

Para Cintora, la discrepancia política es legítima, pero cuestionó la intensidad con la que el PP ha colocado a TVE en el centro de su estrategia comunicativa.

La acusación de “canibalismo político” y la respuesta desde el plató

Uno de los momentos más comentados llegó cuando Malas Lenguas emitió el fragmento en el que Tellado acusaba a TVE de practicar “canibalismo político” por dar espacio a análisis que calificaban la condena al fiscal general como una forma de “golpismo judicial”.

Tras ver el vídeo, Cintora expuso que la pluralidad de opiniones forma parte de la libertad de expresión y que los calificativos utilizados por el portavoz popular parecían buscar un impacto más simbólico que descriptivo.

El presentador recordó que los programas de debate recogen distintas perspectivas y que discrepar de ellas no significa que se esté produciendo una actitud hostil por parte de la cadena.

Con un tono tranquilo pero firme, Cintora subrayó que valorar una actuación institucional o judicial es una opinión, no un ataque, y que reducir la discusión pública a conceptos extremos solo intensifica el ruido político.

Además, introdujo un matiz irónico al advertir a sus colaboradores de que tuvieran cuidado, porque sus opiniones podrían ser “acusadas de canibalismo”, una broma que rebajó la tensión sin restar seriedad a la cuestión de fondo.

 

La discrepancia sobre la entrevista con Intxaurrondo y el origen del desencuentro

El debate avanzó hacia el recuerdo de la entrevista que originó buena parte del conflicto actual.

Tellado había mantenido un intercambio tenso con Silvia Intxaurrondo días atrás, una periodista que habitualmente entrevista a dirigentes públicos y cuyas preguntas suelen ser directas y muy analíticas. Durante el programa, uno de los tertulianos defendió que las críticas del PP a TVE entraban dentro de la normalidad democrática.

Sin embargo, Cintora intervino para matizar que la intensidad del señalamiento no parecía ajustarse al contenido real de aquella conversación.

El presentador remarcó que Intxaurrondo se limitó a hacer su trabajo y que la tensión procedía de la reacción del político, no de una actitud hostil por parte de la periodista.

La puntualización no buscaba alimentar el conflicto, sino situar el debate en su contexto y recordar que el periodismo tiene como una de sus funciones cuestionar y pedir explicaciones a los representantes públicos sin que ello deba interpretarse como un ataque.

¿Por qué el foco sobre TVE? El análisis que incomoda

Uno de los momentos más relevantes llegó con la intervención de Javier Aroca, que lanzó una tesis que generó eco dentro y fuera del programa: el malestar del PP no estaría vinculado a decisiones corporativas de RTVE ni a su dirección, sino al hecho de que la cadena pública está ofreciendo espacios con pluralidad real de opiniones que no siempre coinciden con el enfoque político de la oposición.

Aroca defendió que la televisión pública está recibiendo respaldo mayoritario de la audiencia en algunos de sus contenidos informativos y que ese punto puede resultar incómodo para un partido que históricamente ha tenido una fuerte influencia en su línea editorial en determinadas etapas.

Su planteamiento insinuaba que el verdadero debate no era sobre terminología ni sobre entrevistas incómodas, sino sobre la independencia editorial de TVE en un momento de intensa polarización política.

La intervención de Cuca Gamarra: un nuevo frente en el debate

El programa también recogió declaraciones de Cuca Gamarra, quien afirmó que TVE “señala constantemente a jueces como golpistas”.

Al reproducir sus palabras, Cintora mostró sorpresa y matizó que él mismo, al frente del espacio, nunca había emitido una valoración de ese tipo.

Su reflexión fue clara: en los programas de análisis conviven puntos de vista diferentes, pero eso no significa que exista una línea editorial destinada a desacreditar a instituciones judiciales.

El presentador devolvió la responsabilidad al terreno del debate: si algunos analistas han empleado expresiones más contundentes, se trata de opiniones personales, no de una postura institucional.

La pluralidad, subrayó, es un rasgo esencial en un medio público y no debe confundirse con una campaña organizada o una directriz de la cadena.

El papel de la televisión pública y el valor de la crítica responsable

A lo largo de la emisión, Cintora insistió en una idea: la crítica política es saludable y forma parte del funcionamiento democrático, pero debe estar acompañada de argumentos sólidos y de una lectura equilibrada de los hechos.

Colocar a un medio público bajo sospecha permanente puede tener un efecto distorsionador en el debate social, especialmente si las acusaciones se basan más en percepciones que en hechos contrastados.

 

El presentador recordó que Malas Lenguas es un espacio donde conviven voces de diferentes sensibilidades y donde nadie recibe instrucciones sobre qué opinar.

Según destacó, lo que se emite es un abanico amplio de interpretaciones y análisis, algunos más críticos, otros más institucionales, pero siempre dentro de un marco de respeto.

Una pregunta que sigue sin respuesta clara

El eje central del programa —y el motivo por el que sus declaraciones han generado tanta repercusión— gira en torno a la cuestión que Cintora lanzó de manera insistente: ¿por qué el PP mantiene un señalamiento tan constante hacia TVE?
Ni Tellado ni Gamarra han ofrecido una respuesta que despeje esa incógnita de manera definitiva.

Para Cintora y sus colaboradores, la explicación podría estar en un clima político muy polarizado, en el que cualquier espacio mediático que no coincida plenamente con una narrativa determinada pasa a ser visto como adversario.

Mientras la tensión continúa, el debate sobre el papel de la televisión pública se consolida como uno de los focos políticos del momento.

Malas Lenguas ha convertido el episodio en un análisis más profundo sobre la relación entre medios e instituciones, y ha abierto una conversación que, lejos de cerrarse, promete nuevos capítulos.