El mundo del espectáculo peruano se encuentra de luto tras la partida del reconocido actor y director Óscar Carrillo, quien falleció el pasado jueves 26 de junio. Su esposa, la actriz Natalia Torres Vilá, compartió un emotivo mensaje en redes sociales donde reveló detalles desconocidos sobre los últimos años de vida del artista. Este relato no solo ha conmovido a sus seguidores, sino que también ha puesto de manifiesto la resiliencia y el amor que caracterizaron a Carrillo durante su lucha contra el cáncer.
En septiembre de 2022, Óscar Carrillo fue diagnosticado con cáncer de colon en fase 4, una enfermedad que marcó los últimos tres años de su vida. A pesar de la gravedad del diagnóstico, el actor enfrentó este desafío con una valentía impresionante, sometiéndose a dos operaciones y dos ciclos de quimioterapia. Según Natalia Torres Vilá, estos tratamientos le permitieron continuar con una rutina casi normal, manteniéndose activo en su carrera profesional y disfrutando de momentos de calidad con su familia.
Durante este tiempo, Carrillo demostró una fortaleza extraordinaria. A pesar de los efectos secundarios de los tratamientos, logró mantener su compromiso con el teatro y la televisión, dirigiendo obras, actuando en producciones y desarrollando proyectos ambiciosos. Este espíritu resiliente fue una fuente de inspiración para quienes lo rodeaban, mostrando que incluso en los momentos más difíciles, es posible encontrar motivos para seguir adelante.
Óscar Carrillo no solo dejó una huella en la vida de su familia, sino también en el ámbito artístico peruano. Durante su lucha contra el cáncer, continuó trabajando con intensidad y entrega, demostrando su pasión por el arte escénico. Entre sus proyectos destacados se encuentran la dirección de la obra Infusión, junto a su amigo Eduardo Adriáncen, y su participación en la producción ¿Quién mató a Palomino Molero?. Además, lideró el proyecto Rosmery y el Libertador, que llevó al Gran Teatro Nacional incluso hasta Iquitos.

Su capacidad para combinar su pasión por el arte con su lucha personal contra la enfermedad es un testimonio de su dedicación y amor por su profesión. Carrillo no permitió que el cáncer definiera su vida, sino que utilizó cada oportunidad para seguir creando y dejando un legado que será recordado por generaciones.
A pesar de los desafíos que enfrentaron, Óscar Carrillo y su familia lograron disfrutar de momentos de calidad durante sus últimos años. Natalia Torres Vilá destacó en su mensaje cómo, a pesar del cáncer, pudieron realizar viajes por distintas regiones del Perú y al extranjero. Entre las experiencias más memorables se encuentra el recorrido en auto desde Florida hasta Nueva York, un sueño que Carrillo cumplió con especial entusiasmo.
“En esos tres años también tuvimos viajes a Arequipa, Ica, Paraonga y Caral”, escribió Torres Vilá. “También se dio el gusto de manejar desde Florida hasta Nueva York, con paradas en Maryland y Pennsylvania. Manejó por primera vez en la nieve y lo disfrutó como loco”. Estos momentos reflejan la importancia de encontrar alegría y propósito incluso en medio de la adversidad.
La actriz también compartió detalles sobre la vida cotidiana de la familia, incluyendo distanciamientos, reconciliaciones y domingos cocinando juntos. Estas experiencias muestran la humanidad y el amor que caracterizaron la relación entre Carrillo y su familia, dejando un ejemplo de cómo enfrentar los desafíos con unidad y fortaleza.
Los últimos meses de vida de Óscar Carrillo estuvieron marcados por un deterioro físico constante y progresivo. Según el relato de Torres Vilá, la familia aprovechó este tiempo para compartir palabras pendientes, sanar heridas y vivir momentos íntimos de reconciliación. Estas experiencias fueron fundamentales para afrontar la despedida con paz y dignidad.
En su mensaje, Natalia Torres Vilá describió los últimos días de Carrillo como un proceso de apagamiento gradual, sin sobresaltos ni dolor. “La última semana estuvo con cuidados especiales en nuestra casa”, escribió. “El miércoles, desde la tarde, se fue apagando sin molestias, sin dolor, en paz. En la madrugada se fue tomado de mi mano y junto a nuestros hijos. Lo vamos a amar por siempre”.

El funeral de Óscar Carrillo se llevó a cabo en total privacidad, cumpliendo con su deseo de evitar la exposición mediática. Torres Vilá explicó que decidieron no revelar el lugar de los servicios para protegerse de la intrusión de la prensa. “Él pidió que no hubiera prensa porque no quería que me incomodaran o a nuestros hijos metiéndonos la cámara a la cara para mostrar cómo llorábamos”, comentó.
En la parte final de su mensaje, Natalia Torres Vilá expresó su agradecimiento por el apoyo recibido durante el proceso de duelo. La privacidad del funeral le permitió transitar el dolor de manera más íntima, lejos de cámaras y medios de comunicación. “Fue bueno tener esa privacidad que me regaló y que ustedes supieron respetar”, escribió, haciendo una mención especial al entorno cercano y a quienes le enviaron mensajes en redes sociales.
La actriz también destacó la importancia de la fortaleza y dignidad con las que Óscar Carrillo enfrentó la enfermedad, así como el apoyo mutuo como pilar fundamental durante todo el proceso. “Óscar mostró una fuerza y una valentía impresionantes”, señaló. “Y cuando no podía más, las delegaba en mí por un ratito. Le ganamos tres años al cáncer, tres años vividos con una conciencia renovada de lo que significa vivir”.
Óscar Carrillo deja un legado profundo en las artes escénicas peruanas y en la vida de quienes lo conocieron. Su historia, compartida por Natalia Torres Vilá, nos muestra el lado más humano y valiente de un artista que enfrentó la adversidad con dignidad y amor por su familia. A través de su trabajo, sus relaciones y su lucha personal, Carrillo demostró que la vida es un regalo que debe ser valorado y vivido plenamente, incluso en los momentos más difíciles.
Este relato conmovedor no solo nos invita a reflexionar sobre la importancia de la resiliencia y el amor, sino también sobre la necesidad de respetar la privacidad y la humanidad de quienes enfrentan desafíos personales. Óscar Carrillo será recordado como un ejemplo de fortaleza, pasión y compromiso, dejando una huella imborrable en el corazón de su familia y en la historia del arte peruano.
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