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Quien juega con fuego trumpista acaba devorado por las llamas: Irene de Miguel pulveriza a Abascal y deja al descubierto los chanchullos de Vox en Extremadura

Lo que ocurrió en el debate no fue un simple cruce de palabras.
Fue una demolición política en directo.

Irene de Miguel no solo respondió a Vox: lo diseccionó pieza por pieza, desmontando su relato, su supuesta defensa del “campo”, su discurso anticorrupción y, sobre todo, su hipocresía estructural. Frente a un Santiago Abascal ausente pero omnipresente, y a unos portavoces incapaces de sostener el guion, la líder progresista convirtió el debate en una auténtica picadora de carne política.


Cuando Vox habla de corrupción… pero vota contra combatirla

PP-PSOE | Vox aprovecha el clima de corrupción para acentuar su estrategia contra el bipartidismo

Uno de los momentos más demoledores llegó cuando Irene de Miguel puso sobre la mesa un hecho incontestable:
👉 Vox votó en contra de crear una Oficina Anticorrupción en la Asamblea de Extremadura.

No es una opinión.
Es un dato.

Mientras Vox acusa, señala y grita “corrupción” a diario, rechaza cualquier mecanismo real para vigilar contratos públicos, prevenir fraudes y controlar el uso del dinero de todos. La contradicción no es casual. Es estructural.

“¿Cómo van a querer una oficina anticorrupción quienes presuntamente se meten en el bolsillo el dinero destinado a ayudar a los damnificados de la DANA?”, lanzó De Miguel, aludiendo directamente a las denuncias sobre el uso de fondos canalizados a través de la Fundación Disenso.


Fundación Disenso y el dinero que desaparece

La mención no fue gratuita.
Macarena Olona, exdirigente de Vox, ya denunció públicamente presuntas desviaciones de fondos dentro del entramado de la fundación vinculada al partido.

Que Vox se niegue a un organismo de control mientras se acumulan sospechas internas no es una casualidad. Es un patrón.

Y ahí Irene de Miguel fue clara y brutal:

“Son un fraude. Un fraude absoluto”.


Abascal, el mayor chiringuitero

Abascal: face of Spain's far right and likely kingmaker - Digital Journal

Vox ha hecho del término “chiringuito” su arma favorita.
Pero la portavoz progresista giró el espejo.

Santiago Abascal vivió durante años de un chiringuito político creado bajo el paraguas del PP de Esperanza Aguirre, cobrando 82.000 euros en solo seis meses, sin proyecto conocido, sin resultados, sin rendición de cuentas.

El partido que dice combatir los chiringuitos nació, creció y se financió en uno.


La gran mentira del “Vox del campo”

Otro de los grandes ejes del discurso fue el desmontaje del mito rural de Vox.

Irene de Miguel habló con conocimiento del territorio, de agricultores, de ganaderos reales, no de fotos a caballo ni de disfraces de “señorito Iván”.

Vox, denunció, no defiende la agricultura social y familiar, sino:

a los grandes terratenientes

a quienes cobran la PAC desde el sofá

a los que nunca pisan el barro

Mientras tanto, los pequeños agricultores:

se asfixian en burocracia

pierden rentabilidad

son utilizados como moneda de cambio en tratados internacionales


Trump, el rearmamento y la ruina del campo europeo

Tập tin:Donald Trump official portrait.jpg – Wikipedia tiếng Việt

Uno de los momentos más contundentes fue la conexión directa entre Vox y el trumpismo.

De Miguel no se mordió la lengua:
Vox apoya a Trump, apoya el rearmamento, quiere más tanques que tractores y respalda tratados comerciales que están arruinando a sectores enteros, como los arroceros.

El partido que dice defender el campo español defiende un modelo que lo sacrifica en favor de intereses geopolíticos y multinacionales.


El odio como estrategia

El episodio del Palacio de Congresos marcó otro punto de inflexión.

Abascal habló de “desinfectar” el espacio tras un homenaje cultural masivo.
La respuesta fue directa, emocional y política:

“¿De verdad estás tan cargado de odio?”

Irene de Miguel convirtió esa frase en un símbolo:
👉 Vox inyecta odio, desprecia la cultura, desprecia la memoria colectiva y banaliza el fascismo.

Y remató con una frase que ya circula de forma viral:

“Lo que vamos a desinfectar de fascistas son las urnas”.


Dos bloques, sin máscaras

El discurso avanzó hacia una idea central:
en Extremadura —y en España— solo hay dos bloques.

Un bloque reaccionario y conservador

Un bloque progresista

El primero es inestable, subordinado a Abascal, capaz de romper gobiernos por caprichos ideológicos ajenos incluso a los acuerdos autonómicos.

El segundo, dijo De Miguel, es el único capaz de garantizar estabilidad, derechos y futuro.


Robin Hood al revés: la política fiscal de PP y Vox

Uno de los tramos más pedagógicos —y devastadores— fue el análisis fiscal.

Las reformas aprobadas por PP y Vox en Extremadura:

eliminaron el impuesto a las Grandes Fortunas

rebajaron impuestos a eléctricas como Iberdrola

beneficiaron a grandes tenedores de vivienda

¿Quién sostiene entonces los servicios públicos?
👉 Las familias trabajadoras.

Irene de Miguel lo resumió con ironía feroz:
“Robin Hood, pero al revés”.


El modelo colonial energético

El ejemplo de Iberdrola fue demoledor:

País Vasco: 800 millones de euros aportados, 143 MW

Extremadura: 160 millones, 5.700 MW

Energía producida aquí.
Beneficios fuera.

Un modelo colonial que empobrece el territorio mientras PP y Vox lo celebran como “inversión”.


Mala gestión y abandono del dinero público

Vox, además, no solo gobierna para los privilegiados:
👉 gestiona mal.

De 234 millones de fondos europeos en gestión forestal, solo ejecutaron 26.
El resultado: incendios históricos, falta de prevención, consecuencias que aún se sufren.


Educación: cheques y privatización encubierta

El ataque a la educación pública fue otro eje clave:

cheques guardería

cheques educativos

abandono del medio rural

paralización de la educación 0–3 pública

Todo mientras se abre la puerta a universidades privadas sin estándares suficientes.

El mensaje es claro:
👉 quien pueda pagar, estudia; quien no, se queda fuera.

 


Un llamamiento directo al votante indeciso

El cierre fue político y emocional.

Irene de Miguel se dirigió directamente a quien duda, a quien piensa que “todos son iguales”.

Le pidió el voto prestado.
Prometió dejarse la piel.
Defendió un proyecto sin casos de corrupción, feminista, comprometido y valiente.


Vox desenmascarado

Lo ocurrido no fue un debate más.

Fue un momento de claridad política donde:

Vox quedó retratado

Abascal quedó expuesto

el discurso del odio fue confrontado

y el bloque progresista mostró músculo

👉 Quien juega con el fuego del trumpismo acaba quemado.
Y esta vez, la hoguera fue pública.