Extremadura abre un nuevo ciclo electoral en España con el PSOE hundido y Vox en auge

El PP cierra la campaña alimentando la polémica de un supuesto “pucherazo” mientras Sánchez trata de evitar una debacle

 

Los sondeos al cierre de urnas sitúan al bloque de derechas formado por PP  y Vox muy cerca de la mayoría | Política | Actualidad | Cadena SER

 

 

Extremadura inicia este domingo un nuevo ciclo electoral en España. Será la primera vez que ciudadanos del Estado español acuden a las urnas desde las elecciones catalanas y europeas de 2024; dos años y medio después de las últimas elecciones generales.

 

Los extremeños están citados a las urnas cuando solo falta un año y medio para los próximos comicios estatales que enfrentarán a Pedro Sánchez y a Alberto Núñez Feijóo en un nuevo duelo. Y, entre medias, los aragoneses están convocados a las urnas en febrero; los castellano-leoneses, en marzo; y los andaluces deberán celebrar sus elecciones, como muy tarde, en verano.

 

Estas cuatro comunidades comenzarán a conformar el nuevo mapa político del Estado. Y en Extremadura se plasma el consenso que todas las encuestas demoscópicas pronostican de cara al nuevo ciclo: el PSOE se desmorona en medio de casos de presunta corrupción y acoso sexual, mientras el PP es el partido favorito, pero cada vez más dependiente de un Vox en auge.

 

 

La campaña electoral se ha enfangado en su recta final. Correos confirmó el robo de 124 papeletas que ya habían sido emitidas por voto postal.

 

La Guardia Civil lo enmarcó en un caso de “delincuencia común”; los ladrones se llevaron la caja fuerte de la oficina de Fuente de Cantos (Badajoz). Y la policía encontró el botín calcinado horas más tarde. En todo caso, Correos garantizó que estos 124 electores pudiesen volver a emitir su voto sin problemas.

 

Pero el PP ha aprovechado la situación, ha alimentado la teoría del pucherazo y María Guardiola, presidenta de esta autonomía y favorita a ganar las elecciones pero ser todavía más dependiente de Vox, ha llegado a proclamar que “nos están robando nuestra democracia”. Pedro Sánchez participó este viernes en el último mitin de campaña y enmarcó toda esta polémica en “un bulo más”. “Al PP solo le valen los resultados cuando ganan”, proclamó. Los socialistas acusan a los populares de comprar el discurso del trumpismo.

 

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No se calcula que 124 votos —menos aún si esos electores han tenido el derecho a volver a votar— marquen la diferencia del resultado de las elecciones de este 21 de diciembre; a las que están llamados a votar 891.000 extremeños. Hace más de dos años, sin embargo, la diferencia entre las dos principales fuerzas fue ajustada: 7.000 votos. Las autonómicas de 2023 las ganó el PSOE del ya fallecido Guillermo Fernández Vara por solo este margen. Pero las derechas sumaban más escaños.

 

En un primer momento, la líder del PP extremeño se resistió a gobernar en coalición con la extrema derecha. Guardiola consideraba que el reparto de fuerzas legitimaba que Vox se limitara a dar apoyo externo. Al fin y al cabo, los populares habían obtenido 28 escaños y los ultraderechistas solo habían conseguido 5. Pero Santiago Abascal no dio su brazo a torcer y finalmente Feijóo empujó a Guardiola a aceptar la entrada de Vox en su ejecutivo.

 

 

Sin embargo, un año más tarde Vox acabaría saliendo por voluntad propia. Abascal instó a todas sus delegaciones territoriales a romper con los populares después de que PP y PSOE sellaran un pacto para repartir entre las diversas comunidades autónomas del Estado a 347 menores extranjeros no acompañados que se encontraban entonces en las Islas Canarias.

 

Ahora Guardiola ha convocado elecciones después de que, no solo Vox ya no gobierne en coalición con ella, sino que, además, no ha sido capaz de aprobar con ellos los próximos presupuestos autonómicos. Son los primeros comicios anticipados de la historia de Extremadura desde que se conformó la autonomía en 1983.

 

 

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Además del robo de estos 124 votos, la etapa final de la campaña también ha estado marcada por la ausencia de Guardiola en diversos debates electorales; ha reducido bastante su presencia pública. De hecho, el PP no hizo un acto de campaña de grandes dimensiones. El último mitin se celebró en Badajoz, pero no contó con la presencia de Alberto Núñez Feijóo.

 

La candidata a la reelección tampoco ha estado acompañada en esta carrera electoral de barones importantes como la madrileña Isabel Díaz Ayuso o el andaluz Juanma Moreno.

 

Todo lo contrario en el caso del PSOE: Pedro Sánchez fue el encargado de cerrar el acto final de esta campaña en Extremadura. La Junta Electoral Central, por cierto, abrió este viernes expediente al presidente del ejecutivo español por haber celebrado la rueda de prensa en la que hacía balance de su acción de gobierno el último semestre en plena campaña electoral en esta autonomía.

 

 

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Feijóo y Guardiola en un acto de campaña

El riesgo que corre Guardiola en estos comicios es ser aún más dependiente de la extrema derecha. Porque todas las encuestas la sitúan como ganadora, pero ninguna le otorga la mayoría absoluta de forma clara.

 

De media, los estudios demoscópicos prevén un crecimiento de dos, tres o cuatro diputados (de 28 a 30, 31 o 32) en una cámara donde la mayoría absoluta se alcanza a partir de los 33.

 

Los populares han sido cautos y han rebajado las expectativas de alcanzar esta mayoría.

 

 

 

Las encuestas también coinciden en pronosticar un auge de Vox. Actualmente tiene 5 parlamentarios y algunos estudios calculan que pueda llegar a doblar su representación. A pesar de que el cabeza de lista de los ultraderechistas en estos comicios sea Óscar Fernández Calle, quien se ha erigido en candidato ha sido Santiago Abascal.

De hecho, el líder absoluto del partido aparece en primer plano en los carteles electorales del partido, por delante del político extremeño.

 

 

 

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Abascal y Fernández en un acto de campaña

Un candidato del PSOE imputado en un caso de corrupción en pleno goteo de casos de acoso sexual

Todo este reforzamiento de la derecha va en detrimento, por supuesto, del PSOE. También de media, las encuestas calculan que los socialistas sufrirían un golpe con el que se desplomarían pasando de 28 a unos 21 representantes. Obtendrían de esta manera el peor resultado histórico de la formación en esta autonomía. El objetivo, por tanto, es no hundirse y evitar una mayoría absoluta del PP. La formación de izquierdas Unidas por Extremadura conseguiría un tímido crecimiento y se calcula que pueda pasar de 4 a 5 parlamentarios.

La elección de Miguel Ángel Gallardo como candidato del PSOE no ayuda en absoluto. Los socialistas arrastran en esta campaña la reciente aparición de varias denuncias dentro del PSOE y la Moncloa por acoso sexual. Y, para colmo, este candidato forma parte de la lista de personajes salpicados por supuestas tramas de corrupción dentro del partido. Gallardo no solo lleva poco tiempo siendo el líder del partido en esta autonomía. Sino que, además, prácticamente solo se le conoce por estar imputado en el caso de David Sánchez, el hermano del presidente del Gobierno.

 

 

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Sánchez y Gallardo en un acto de campaña 
A Gallardo se le investiga en el caso que investiga la creación y adjudicación a David Sánchez —será juzgado por los delitos de prevaricación y tráfico de influencias— de la plaza de Coordinador de las Actividades de los Conservatorios de la Diputación de Badajoz. Es decir, si se creó una plaza a su medida y se le concedió por el mero hecho de ser el hermano del líder del PSOE. Las acusaciones de este caso consideran que Gallardo, como presidente de la Diputación de Badajoz, estaba informado de todas las necesidades de personal y puestos que se iban a crear, se interesó directamente por las fechas mínimas para la adjudicación de un puesto de alta dirección y “consintió el aparente cambio de nomenclatura del puesto y creación de uno nuevo sin pasar por los trámites legales” necesarios. Extremadura mostrará este domingo si Sánchez se aboca a la primera de varias debacles.