Así ha esquivado CERDÁN la batería de preguntas del PP: “Hay cosas que no voy a soportar”.

 

 

 

 

 

 

Senado: El silencio de Santos Cerdán y el peso de las preguntas sobre la trama de corrupción.

 

 

 

La última comparecencia de Santos Cerdán ante la comisión del Senado se ha convertido en uno de los momentos más tensos y significativos de la investigación sobre la presunta trama de corrupción que salpica al Partido Socialista y a varios de sus exdirigentes.

 

 

En un ambiente cargado de expectación, el senador Camps del Partido Popular llevó a cabo un interrogatorio incisivo, en el que el silencio de Cerdán fue, en sí mismo, una respuesta cargada de significado político y judicial.

 

 

Desde el inicio, Camps dejó claro el objetivo de su intervención: exigir respuestas claras sobre las acusaciones de tráfico de influencias, adjudicaciones públicas irregulares y la posible existencia de una red organizada para el cobro de comisiones ilegales.

 

 

“¿Puede afirmar usted de manera clara y rotunda que nunca utilizó su posición política orgánica para influir directamente o indirectamente en adjudicaciones públicas?”, preguntó el senador, sin obtener respuesta.

 

 

El silencio de Cerdán ante esta cuestión fundamental marcó el tono del resto de la comparecencia.

 

 

El interrogatorio avanzó hacia episodios concretos que han sido objeto de investigación judicial y mediática.

 

 

Camps preguntó por el papel de Cerdán en viajes oficiales a Marruecos junto al entonces ministro José Luis Ábalos y su asesor Coldo García, cuestionando el interés público de la presencia de un dirigente orgánico del partido en negociaciones de alto nivel.

 

 

Ante las fotografías y reportajes gráficos presentados, Cerdán se limitó a negar o guardar silencio, sin ofrecer explicaciones convincentes.

 

 

La sesión se adentró en el corazón de la presunta trama: el llamado “sistema del 2%”, descrito por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) como un mecanismo para colocar personas afines en puestos estratégicos, adjudicar contratos a UTE con grandes empresas como Servinavar y Acciona, y retornar comisiones a través de Servinavar.

 

 

“¿Qué papel desempeñó usted en la creación, mantenimiento o supervisión de este sistema del 2%?”, insistió Camps, sin obtener respuesta.

 

 

Las preguntas se sucedieron sobre el uso de tarjetas bancarias de Servinavar para gastos personales, el pago de alquiler y muebles para la vivienda de Cerdán, y la justificación de esos desembolsos.

 

 

Camps aportó datos concretos: más de 60.000 euros en alquiler y casi 8.000 euros en muebles, registrados en la documentación fiscal de Servinavar y en el Tribunal Supremo.

 

 

Ante la insistencia del senador sobre si esos gastos provenían del porcentaje de comisiones pactadas, Cerdán volvió a guardar silencio, lo que fue interpretado como una admisión tácita de su implicación.

 

 

La comparecencia también abordó el papel de Leire Díez, conocida como la “fontanera” del Partido Socialista, investigada y detenida por varios delitos relacionados con la trama.

 

 

 

Camps preguntó si Cerdán participó en operaciones para obtener información sensible destinada a influir en fiscales, jueces o mandos de la Guardia Civil, y si Leire Díez actuaba siguiendo instrucciones suyas para proteger el entramado cuando la investigación avanzaba hacia el cobro de comisiones. De nuevo, el silencio fue la única respuesta.

 

 

 

El senador popular llevó la sesión a cuestiones personales y políticas de alto nivel, preguntando por el grado de conocimiento de José Luis Ábalos sobre la trama y por la protección mutua entre ambos.

 

 

Se mencionó la existencia de una reunión en la que, según testigos, Cerdán habría ofrecido a Ábalos un “cheque en blanco” a cambio de silencio, incluyendo el pago de su abogado y la garantía de ingresos futuros.

 

 

“¿Ofreció usted directa o indirectamente al señor Ábalos el pago de su abogado, la garantía de ingresos futuros y una salida ordenada del escaño a cambio de que guardara silencio sobre los hechos que hoy se investigan en el llamado caso Coldo?”, preguntó Camps, sin obtener respuesta.

 

 

 

Las preguntas se extendieron al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sobre el grado de conocimiento que tenía de las actividades corruptas de Ábalos y Coldo García.

 

 

Camps interrogó sobre si Sánchez fue informado por Cerdán al asumir la secretaría de organización, y si las ofertas realizadas a Ábalos se hicieron de motu proprio o siguiendo instrucciones superiores.

 

 

Cerdán, nuevamente, optó por el silencio, alimentando las sospechas sobre el alcance de la trama y la posible implicación de la cúpula socialista.

 

 

La sesión también abordó la financiación de la campaña de primarias de Pedro Sánchez en 2017, preguntando a Cerdán si fue el nexo de unión entre la candidatura y la Asociación Bancal de Rosas, y si le consta que el suegro de Sánchez realizó una aportación de al menos 100.000 euros, posteriormente “pitufeada” en las cuentas de la asociación.

 

 

El silencio de Cerdán fue interpretado por Camps como una forma de evitar la mentira y de proteger a sus compañeros de partido.

 

 

 

En la recta final, Camps puso el foco en la penetración de la trama en estructuras estatales como la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales), mencionando el fichaje de Vicente Fernández Guerrero, expresidente de la SEPI y posteriormente director comercial de Servinavar.

 

 

“¿Propuso usted este fichaje? ¿Lo avaló? ¿Lo facilitó? ¿Es usted quien puso en conexión a su amigo Anchón Alonso con el señor Vicente Fernández Guerrero?”, preguntó el senador.

 

 

De nuevo, la ausencia de respuesta fue interpretada como una confirmación indirecta de los hechos.

 

 

El senador popular resumió la situación con una reflexión sobre el papel del silencio en la política y la justicia.

 

 

“Lo que hemos visto hoy no es solo un silencio. Hemos asistido a un silencio calculado, a un silencio que cree que le protege, pero a un silencio que en realidad le delata.

 

 

Cuando alguien puede explicar y no lo hace, cuando alguien puede negar y no se atreve, cuando alguien puede defenderse y elige callar, la conclusión es inevitable.

 

 

No estamos ante un error, no estamos ante una confusión, no estamos ante una persecución, no estamos ante una conspiración.

 

 

Este grupo parlamentario no le pedía heroicidades, le pedía verdad, le pedía responsabilidad, le pedía respeto a las instituciones y no ha dado ninguna de las tres. Por eso su silencio hoy no le protege, le retrata”.

 

 

La sesión terminó en medio de acusaciones de insultos entre los senadores, con Cerdán denunciando que había sido llamado “sinvergüenza” por una senadora del Partido Popular, lo que fue negado por la aludida, que aseguró haber dicho “qué vergüenza”.

 

 

El presidente de la comisión intentó mantener el orden y cerrar la sesión, recordando la importancia del respeto institucional.

 

 

 

La comparecencia de Santos Cerdán ante el Senado ha dejado al descubierto las dificultades para esclarecer la trama de corrupción que afecta a la política española.

 

 

El silencio del exsecretario de organización del PSOE, lejos de disipar las dudas, ha reforzado la percepción de opacidad y de falta de transparencia en la gestión pública.

 

 

La investigación judicial continúa, pero el debate político y social exige respuestas, responsabilidades y una regeneración democrática que devuelva la confianza a las instituciones.

 

 

En definitiva, el silencio de Cerdán se ha convertido en el protagonista de una sesión histórica, donde las preguntas quedaron sin respuesta y la sombra de la corrupción sigue proyectándose sobre la vida política española.

 

 

La exigencia de verdad, responsabilidad y respeto a las instituciones permanece como un reto pendiente para todos los actores implicados.