SANCHEZ queda en SHOCK al REVELAR AYUSO LO QUE HIZO con el PADRE de BEGOÑA GOMEZ en SUS PROSTIBULOS.

 

 

 

 

El debate político en la Asamblea de Madrid ha alcanzado esta semana cotas de intensidad y dramatismo que reflejan el clima de polarización que vive España, especialmente tras los últimos escándalos y la crisis institucional que sacude al Gobierno central.

 

 

 

La sesión, marcada por intervenciones cargadas de ironía, acusaciones directas y relatos casi cinematográficos, ha dejado claro que la batalla entre el Partido Popular y el PSOE no solo se libra en las urnas, sino también en el día a día de las instituciones.

 

 

 

El ambiente estaba caldeado desde el inicio. El diputado Díaz Pache, con su habitual tono mordaz, abrió la sesión con una intervención que mezcló crítica política con humor ácido.

 

 

Sus palabras sobre Mónica García y la presidenta Ayuso, y su referencia a Pedro Sánchez como “perdedor profesional”, marcaron la pauta de un debate que no iba a dejar títere con cabeza.

 

 

 

Díaz Pache ironizó sobre la capacidad de algunos diputados para justificar cualquier acción del presidente del Gobierno, llegando a afirmar que “Sánchez podría saltar un Corte Inglés a tiros y usted diría que está patrocinando el comercio nacional”.

 

 

Una frase que, aunque exagerada, resume la percepción de parte de la oposición sobre la actitud de los defensores del Ejecutivo.

 

 

 

El relato de Díaz Pache fue más allá, dibujando una especie de novela negra en la que el poder, la corrupción y la ambición política se entremezclan en una trama digna de una serie de televisión.

 

 

Habló de “bandas”, de “pucherazos electorales internos”, de “corrupción moral y económica” y de una justicia que, según él, ya tiene todas las pruebas para actuar.

 

 

La referencia a la familia Kirchner y la advertencia de que “lo que le ha pasado a la familia Kisner le pasará ahora a los Kisners de Pozuelo” añade un tono casi profético al discurso, rematado con la afirmación de que todo está guardado en la hemeroteca y que “cómo viven de rodillas todavía ustedes”.

 

 

 

La respuesta del grupo socialista no se hizo esperar. El diputado Ferná del Lara, con un tono más institucional, lamentó el giro del debate hacia el monólogo y la teatralidad, recordando que la política informativa del Gobierno de Madrid debería ser institucional y no convertirse en el altavoz hooligan del Partido Popular.

 

 

 

Criticó la convocatoria de manifestaciones y el uso del término “mafia” para referirse a la situación política en Madrid, subrayando que entre los manifestantes había “más encarcelados que diputados”.

 

 

 

Ferná del Lara defendió la gestión económica del Gobierno central, destacando la creación de empleo, la subida de pensiones y el liderazgo económico de España en Europa, frente a lo que considera una política informativa basada en la crispación y el enfrentamiento.

 

 

 

El consejero de Presidencia, Justicia y Administración Local, Martínez Lara, intervino para defender la gestión del Gobierno de la Comunidad de Madrid y cargar contra Pedro Sánchez y el PSOE.

 

 

 

Martínez Lara enumeró una serie de acusaciones sobre la supuesta manipulación de la política informativa por parte del Ejecutivo central: filtraciones de datos protegidos, ataques al Poder Judicial, propaganda institucional y el uso de Televisión Española como “el nodo del autócrata Sánchez”.

 

 

Además, criticó la falta de ruedas de prensa y entrevistas del presidente del Gobierno, sugiriendo que Sánchez es como “la curvatura de la Tierra: solo para los terraplanistas existe, pero no la podemos ver”.

 

 

 

La tensión aumentó cuando el diputado Arroyo Perea, del grupo parlamentario popular, planteó la cuestión de los funcionarios de administración local con habilitación nacional, una figura clave para el control y la legalidad en los ayuntamientos.

 

 

Martínez Lara respondió con datos concretos, denunciando el abandono sistemático de la Comunidad de Madrid por parte del Gobierno central.

 

 

De los 452 puestos reservados para estos funcionarios, solo 246 están ocupados, lo que supone un grave problema para la gestión municipal y el equilibrio territorial.

 

 

El consejero acusó a Sánchez de “echar una mano al cuello” de los ayuntamientos y defendió la creación de una bolsa de interinos en Madrid para paliar la situación.

 

 

 

El debate sobre los habilitados nacionales se convirtió en un símbolo de la lucha por la legalidad y el control institucional.

 

 

Arroyo Perea advirtió que sin estos profesionales no hay garantías para los vecinos, ni control del dinero público, ni igualdad entre municipios.

 

 

Criticó a la izquierda por debilitar esta figura y entregarla como moneda de cambio a los separatistas, permitiendo que las instituciones se conviertan en cortijos sin ley ni contrapesos.

 

 

Para el PP, la defensa de la ley, el orden y la unidad de España es una cuestión fundamental, y acusan al “sanchismo” de intentar asfixiar a la Comunidad de Madrid por ser incómoda y defender la igualdad entre españoles.

 

 

La sesión estuvo marcada por constantes referencias a la situación nacional, la crisis institucional y la gestión de Pedro Sánchez.

 

 

Los diputados del PP insistieron en que el presidente del Gobierno ataca a jueces y magistrados, coloniza las instituciones y utiliza la política informativa como herramienta de manipulación y propaganda.

 

 

Por su parte, los socialistas defendieron la gestión económica y social del Ejecutivo, acusando al PP de crispar y dividir a los madrileños.

 

 

 

Las intervenciones estuvieron salpicadas de referencias a la actualidad, como la polémica sobre el número de lenguas oficiales en España, la transformación de Telemadrid en un instrumento de propaganda y la falta de reconocimiento a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado.

 

 

El debate sobre la pluralidad, la diversidad y la apertura de Madrid fue recurrente, con críticas a la gestión de Ayuso y la falta de humanidad en la política informativa del Gobierno regional.

 

 

 

El clima de confrontación quedó patente en las respuestas cruzadas. Martínez Lara insistió en que el presidente del Gobierno es un “presunto delincuente” y que su estrategia responde a la necesidad de debilitar la presencia de la Administración General del Estado en Cataluña para facilitar futuros golpes de Estado por parte de los independentistas.

 

 

Defendió el papel de la Comunidad de Madrid en la protección de los habilitados nacionales y reclamó más medios y respaldo para los ayuntamientos.

 

 

 

El debate parlamentario en Madrid es un reflejo del momento político que vive España.

 

 

La polarización, la crispación y la utilización de las instituciones como campo de batalla son síntomas de una crisis más profunda que afecta a la confianza ciudadana y al funcionamiento democrático.

 

 

Las acusaciones de corrupción, manipulación informativa y abandono institucional se mezclan con la defensa de la legalidad, la igualdad y la unidad nacional.

 

 

 

En este contexto, la Asamblea de Madrid se convierte en un escenario clave para entender las dinámicas políticas y sociales que marcan el presente y el futuro del país.

 

 

Las intervenciones de los diputados, cargadas de emoción y contundencia, muestran que la política es mucho más que gestión: es relato, es confrontación y es, sobre todo, la lucha por el poder y la influencia.

 

 

La sesión concluyó con la reafirmación de las posiciones enfrentadas.

 

 

El PP defiende la fortaleza de la sociedad madrileña y la importancia de la ley y el orden frente a lo que consideran el “plan macabro” del sanchismo para acabar con el modelo de convivencia de 1978.

 

 

Los socialistas, por su parte, insisten en la necesidad de derechos, pluralidad y respeto institucional, denunciando la manipulación y la falta de humanidad en la política informativa del Gobierno regional.

 

 

 

El futuro de Madrid y de España depende de la capacidad de sus líderes para superar la confrontación, recuperar la confianza ciudadana y garantizar el funcionamiento democrático de las instituciones.

 

 

El debate parlamentario es solo una muestra de los retos y desafíos que enfrenta el país, pero también de la pasión y el compromiso de quienes, desde diferentes posiciones, luchan por defender sus ideas y construir un futuro mejor.

 

 

 

En definitiva, la Asamblea de Madrid ha vivido una sesión histórica, marcada por la intensidad del debate y la profundidad de las cuestiones planteadas.

 

 

La política, en tiempos de crisis, es también emoción, relato y lucha por la verdad. Y Madrid, como siempre, está en el centro de esa batalla.