A PRISIÓN ÁBALOS Y KOLDO Y SEÑALAN A LOS SIGUIENTES DEL GOBIERNO.

 

 

 

 

 

 

Ábalos y Coldo, a prisión provisional: la “traca final” del sanchismo sacude la política española.

 

 

 

27 de noviembre de 2025. Esta fecha ya está marcada en rojo en la historia política reciente de España.

 

 

El ingreso en prisión provisional de José Luis Ábalos, exministro de Transportes y mano derecha de Pedro Sánchez, junto a Coldo García Izaguirre, su antiguo asesor, supone un giro sin precedentes y un terremoto judicial que sacude los cimientos del PSOE y del Gobierno.

 

 

La decisión del magistrado Leopoldo Puente, tras la petición de la Fiscalía Anticorrupción por riesgo de fuga y sin opción de fianza, abre un nuevo escenario de incertidumbre y tensión política.

 

Por primera vez en la historia de la democracia española, un diputado en activo y exministro entra en prisión provisional.

 

 

Ábalos, figura clave en la gestión de la pandemia y exsecretario de Organización del PSOE, y Coldo García, su hombre de confianza, acudieron al Tribunal Supremo con la sospecha de que acabarían la jornada entre rejas.

 

 

Tal y como relatan fuentes próximas, ambos llegaron “con una mochila, una muda, unos calcetines, un calzoncillo”, preparados para lo peor.

 

 

Hasta ese momento, las medidas cautelares eran la retirada de pasaporte y la obligación de firmar quincenalmente en el juzgado.

 

 

Sin embargo, la Fiscalía Anticorrupción endureció su postura y el juez decretó prisión provisional, al considerar el riesgo de fuga real ante la cercanía del juicio. Así, ambos pasarán las Navidades en la cárcel, cumpliéndose el mayor temor de Ábalos.

 

El caso que ha llevado a Ábalos y Coldo a prisión está plagado de ramificaciones y acusaciones de corrupción.

 

 

El sumario incluye testimonios que apuntan a prácticas de “pitufeo” (fraccionamiento de grandes sumas de dinero en ingresos pequeños para eludir el control) y financiación irregular de campañas internas del PSOE.

 

 

Según las declaraciones de Coldo, se utilizaban inmigrantes —marroquíes, rumanos, sudamericanos— para ingresar cantidades de 300 euros en la cuenta de las primarias del partido.

 

Este mecanismo, según Coldo, era conocido y practicado por simpatizantes y afiliados, y habría sido utilizado para recaudar hasta un millón de euros, aunque él mismo reconoce que no tenía acceso a las cifras globales ni a la gestión final del dinero.

 

 

Además, sugiere que el suegro de Pedro Sánchez habría contribuido con 100.000 euros, y lanza la sospecha sobre el origen de los fondos en las campañas de crowdfunding y donaciones.

 

Uno de los momentos más impactantes de la jornada fue la entrevista en la que Coldo García, antiguo hombre de confianza de Ábalos, se desmarca del presidente Sánchez y de otros altos cargos socialistas.

 

 

 

Preguntado si pondría la mano en el fuego por Pedro Sánchez, responde con un rotundo “no”, y extiende sus recelos a figuras como Begoña Gómez, Francisca Armengol, Fernando Grande-Marlaska y María Chivite. Solo salva de sus dudas a Ángel Víctor Torres y al propio Ábalos.

 

 

 

Coldo reconoce abiertamente la existencia de prácticas de pitufeo y el uso de inmigrantes para fraccionar los ingresos en las cuentas de las primarias, aunque insiste en que él solo gestionaba aspectos logísticos y no el dinero en sí.

 

 

El ingreso en prisión de Ábalos y Coldo ha desatado una auténtica tormenta política y mediática.

 

 

Sectores afines al Gobierno han intensificado sus críticas al Tribunal Supremo, acusando a la justicia de actuar con voracidad y de estar al servicio de intereses contrarios al Ejecutivo.

 

 

La polarización se agudiza, y se augura una “traca final del sanchismo” en la que, según analistas, veremos “cosas que nos horrorizarán”.

 

 

El propio Ábalos, antes de entrar en prisión, lanzó un último dardo envenenado en redes sociales dirigido a la vicepresidenta Yolanda Díaz, recordándole su papel durante la pandemia y reclamando el principio de presunción de inocencia.

 

 

Además, insinúa posibles irregularidades en el uso de viviendas oficiales por parte de miembros del Gobierno.

 

Santiago Abascal, líder de Vox, ha aprovechado la situación para pedir que tanto Ábalos como Coldo sean considerados “testigos protegidos” ante lo que denomina “la mafia sanchista”. La petición refleja la gravedad de las acusaciones y la sensación de que el caso puede derivar en nuevas revelaciones comprometedoras para el entorno del presidente.

La decisión del juez de dictar prisión provisional sin fianza, a pesar de la notoriedad pública de los acusados, marca un antes y un después en la lucha contra la corrupción en España.

 

 

La Fiscalía solicita penas de hasta 24 años para Ábalos, 19 para Coldo y 7 para Aldama, otro de los implicados que ha comenzado a colaborar con la justicia y ha señalado directamente a dirigentes como Ángel Víctor Torres.

 

 

El caso amenaza con convertirse en la mayor crisis del Gobierno de Pedro Sánchez, que se enfrenta a una presión sin precedentes tanto desde la oposición como desde sectores críticos en su propio partido y en los medios de comunicación.

 

El hilo de voz que circula en redes sociales resume el sentir de muchos analistas y ciudadanos: “Empieza la traca final del sanchismo”.

 

 

La caída de figuras clave, la guerra mediática, el ataque a las instituciones y la posibilidad de nuevas revelaciones auguran meses de alta tensión política y judicial. Como señala la autora del hilo, “Pedro Sánchez está más en la cuerda floja que nunca”.

 

 

 

La política española vive un momento de máxima incertidumbre, donde la justicia, la corrupción y la lucha por el relato público se entremezclan en una partida de alto voltaje.

 

 

La entrada en prisión de Ábalos y Coldo es solo el principio de una historia que, según todos los indicios, aún tiene muchos capítulos por escribir.