Las redes lapidan a Feijóo tras acusar a los andaluces de “no saber contar”: “7291 ancianos, 299 valencianos…”.

 

 

 

Una cascada de respuestas en X ha recordado al líder del PP los números de fallecidos que retratan a su formación.

 

 

 

 

 

 

La política española, especialmente en los últimos años, ha convertido sus grandes citas en auténticos escenarios de confrontación y relato.

 

 

La tradicional cena de Navidad del Partido Popular de Madrid, celebrada este lunes y presidida por Alberto Núñez Feijóo junto a figuras como Isabel Díaz Ayuso y José Luis Martínez-Almeida, no fue la excepción.

 

 

En un ambiente marcado por el pulso entre el Gobierno central y la oposición, los líderes populares aprovecharon para criticar la gestión de Pedro Sánchez y subrayar los compromisos de su formación.

 

 

Sin embargo, lo que debía ser una velada de unidad y reafirmación acabó siendo el origen de una de las polémicas más virales del final de año.

 

 

El detonante fue una intervención de Feijóo en defensa de Galicia, su tierra natal.

 

 

El líder del PP, con tono festivo y reivindicativo, presumió de los “mayores kilómetros de costa de España”, en referencia a la geografía gallega, y lanzó una broma que pronto se tornó en reproche: “Ya sé que los andaluces no están de acuerdo en esto, pero no saben contar.

 

 

Las rías tienen doble costa y por lo tanto el lugar con más kilómetros de costa de España”.

 

 

Lo que pretendía ser un comentario humorístico sobre el eterno debate entre gallegos y andaluces sobre el litoral, se transformó en un episodio de choque de identidades y memoria social.

 

 

Las redes sociales, en su habitual capacidad de amplificación y réplica, no tardaron en reaccionar.

 

 

La acusación de Feijóo fue respondida con contundencia, no solo por usuarios anónimos, sino también por figuras públicas y colectivos que vieron en sus palabras algo más que una simple broma.

 

 

Entre las respuestas más destacadas, una usuaria desglosó cifras que evocan grandes tragedias y negligencias atribuidas a gestiones del PP: “Los andaluces sabemos contar muy bien.

 

 

Mire: 7.291 ancianos, 299 valencianos, 301 cribados de cáncer de mama, 62 soldados, 79 Alvia, 43 metro, 191 atentado.

 

 

Las políticas del PP matan. Tenlo en cuenta cuando votes”, escribió, en referencia a episodios como la DANA, los fallos en los cribados de cáncer en Andalucía, el accidente del Alvia en Santiago y otras tragedias que han marcado la historia reciente del país.

 

 

 

Este tipo de contestaciones evidencian que la política española, lejos de ser solo una cuestión de gestión y propuestas, es también una batalla por la memoria y el relato.

 

 

La ciudadanía, armada de datos y recuerdos dolorosos, no perdona los errores del pasado y los utiliza como argumento para exigir responsabilidad y justicia.

 

 

En este sentido, las palabras de Feijóo, aunque pronunciadas en un contexto festivo, fueron interpretadas como una falta de sensibilidad hacia quienes han sufrido las consecuencias de decisiones políticas.

 

 

La polémica también pone de manifiesto el poder de las redes sociales como espacio de fiscalización y debate.

 

 

Lo que antes quedaba en el ámbito privado de una cena navideña, hoy se convierte en tendencia nacional en cuestión de minutos.

 

 

La respuesta ciudadana, lejos de limitarse a la indignación, recurre a la memoria colectiva para recordar que detrás de cada cifra hay vidas perdidas, familias rotas y heridas abiertas que la política no puede ni debe ignorar.

 

 

El episodio revela, además, la fragilidad de los discursos identitarios en España.

 

 

La defensa de la tierra propia, legítima y necesaria en una democracia plural, corre el riesgo de convertirse en fuente de división si no se gestiona con respeto y empatía.

 

 

El humor, utilizado como herramienta de conexión, puede fácilmente derivar en ofensa si no se mide el contexto y el impacto de las palabras.

 

 

En este caso, la rivalidad entre Galicia y Andalucía por los kilómetros de costa se transformó en un debate sobre la capacidad de contar, no solo en términos geográficos, sino también en términos humanos.

 

 

La memoria de las víctimas, evocada en la respuesta viral, es un recordatorio de que la política no es solo gestión, sino también ética y responsabilidad.

 

 

Los datos citados por la usuaria —ancianos fallecidos, soldados, víctimas de accidentes y atentados— son el reflejo de una sociedad que exige rendición de cuentas y que no olvida el dolor causado por la negligencia o la mala gestión.

 

 

El mensaje es claro: contar no es solo sumar kilómetros, sino también asumir las consecuencias de las políticas y las decisiones tomadas.

 

 

 

 

En este contexto, la cena navideña del PP en Madrid se convierte en una metáfora de la España actual: un país donde la política se debate entre la celebración y la confrontación, donde las palabras de los líderes son analizadas y contestadas al instante, y donde la memoria colectiva se impone como guía y límite de la acción pública.

 

 

La polémica sobre los andaluces y la costa gallega es mucho más que una anécdota: es el reflejo de una sociedad que exige respeto, transparencia y justicia, y que no está dispuesta a aceptar la banalización de sus tragedias.

 

 

La respuesta ciudadana, articulada a través de las redes, demuestra que la política ya no es solo patrimonio de los partidos y sus dirigentes.

 

 

La sociedad española, cada vez más informada y crítica, utiliza las herramientas digitales para participar, fiscalizar y exigir responsabilidades.

 

 

La memoria de las víctimas, lejos de ser un argumento electoral, es una exigencia ética que debe guiar la acción de todos los responsables públicos.

 

 

En definitiva, el episodio vivido en la cena del PP es un recordatorio de que la política española está atravesando un proceso de transformación, donde la memoria y la exigencia de justicia ocupan un lugar central.

 

 

Los líderes, lejos de refugiarse en el humor o la defensa de la tierra propia, deben asumir que sus palabras tienen consecuencias y que la ciudadanía está dispuesta a recordar, contar y exigir.

 

 

La España que sale de este debate es una sociedad más vigilante, más exigente y más consciente de que, detrás de cada cifra y cada broma, hay historias que merecen ser contadas y respetadas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Réplicas políticas.

 

 

 

Al margen de estas respuestas, la ministra de Hacienda y vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, también ha contestado al líder del PP. “Qué falta de respeto.

 

 

Los andaluces y las andaluzas sí sabemos contar, señor Feijóo.

 

 

sabemos también que no podemos contar con que Moreno Bonilla le exija una rectificación porque hace tiempo que comprobamos que prioriza los intereses de Génova a los de Andalucía”, ha apuntado.