LA TESTIGO QUE LO HUNDE MONCLOA: LA EXMUJER DE ÁBALOS DEJA VENDIDOS A BEGOÑA Y A SÁNCHEZ.

 

 

El rescate de Air Europa y las sombras sobre la relación entre Begoña Gómez y el Grupo Hidalgo.

 

 

 

En los últimos meses, el rescate público de Air Europa ha vuelto a la primera línea informativa, no solo por la magnitud de la operación financiera sino también por las sospechas y polémicas que rodean la relación entre Begoña Gómez, esposa del presidente Pedro Sánchez, y el entorno del Grupo Hidalgo, propietario de la aerolínea.

 

 

 

El debate se ha avivado con la intervención de figuras como Carolina Perles, pareja de José Luis Ábalos, y las declaraciones de Coldo, exasesor del exministro, quienes han dejado entrever una relación “muy especial” entre Gómez y Javier Hidalgo, CEO de Air Europa.

 

 

 

El rescate, inicialmente valorado en 400 millones de euros, acabó elevándose a 475 millones.

 

 

Esta diferencia ha sido objeto de controversia, pues la documentación oficial muestra que la cifra fue corregida al alza sin una justificación clara.

 

 

Para muchos analistas y tertulianos, este aumento es el reflejo de la capacidad de influencia del Grupo Hidalgo en los círculos de poder, especialmente cuando se trata de “amigos muy especiales” que pueden reunirse en la intimidad de una habitación de hotel mientras los escoltas esperan fuera.

 

 

Sin embargo, más allá de las insinuaciones sobre la vida privada de los protagonistas, el foco mediático se ha centrado en el aspecto fiscal y económico de la operación.

 

 

El préstamo concedido por el Estado a Air Europa no está sujeto a tributación, a diferencia de las ayudas directas, lo que supone una ventaja considerable para la empresa.

 

 

Como han destacado algunos expertos, “la deuda no paga impuestos”, y la tesorería obtenida puede ser utilizada libremente sin pasar por el gravamen del impuesto de sociedades.

 

 

En este sentido, el rescate se convierte en una fórmula fiscalmente ventajosa, mucho más atractiva que una subvención directa.

 

 

El argumento oficial para justificar el rescate ha sido la salvaguarda de los empleos: 22.000 puestos de trabajo dependían de la supervivencia de Air Europa.

 

 

No obstante, voces críticas señalan que si el objetivo es proteger el empleo, deberían haberse contemplado medidas similares para los más de tres millones de autónomos que sufren las consecuencias de la crisis sin acceso a ayudas equivalentes.

 

 

La selectividad en el rescate empresarial plantea interrogantes sobre los criterios de adjudicación y la equidad en el reparto de fondos públicos.

 

 

 

Uno de los aspectos más controvertidos es la devolución del préstamo.

 

 

Según fuentes cercanas al Grupo Hidalgo, la totalidad del crédito ha sido devuelta recientemente, con 100 millones de euros abonados en concepto de intereses al 9%.

 

 

Esta operación se habría facilitado, en parte, por la venta del 25% de Air Europa a Turkish Airlines, lo que permitió a la compañía obtener la liquidez necesaria para saldar la deuda.

 

 

Además, el consejero delegado impuesto por la SEPI para supervisar el préstamo, Jesús Nuño de la Rosa, abandonó su puesto una vez completada la devolución, lo que refuerza la percepción de que la operación estuvo condicionada por intereses políticos y empresariales.

 

 

 

El caso de Air Europa no es único. En España, otros rescates empresariales han terminado con la condonación de deudas o la pérdida de fondos públicos, como ocurrió con Prisa o se prevé que ocurra con Indra, que recibió un préstamo de 6.500 millones de euros.

 

 

 

La dinámica de conceder créditos millonarios a grandes empresas, muchas veces con condiciones favorables y escasa fiscalización, alimenta el debate sobre el uso de los recursos públicos y la transparencia en la gestión de ayudas estatales.

 

 

 

La relación entre Begoña Gómez y el Grupo Hidalgo ha sido negada sistemáticamente por el entorno del Gobierno, pese a la existencia de fotografías y testimonios que sugieren una vinculación estrecha.

 

 

Pedro Sánchez, en una reciente entrevista, aseguró no conocer personalmente a los Hidalgo, aunque posteriormente se ha demostrado que hubo contactos en el marco de proyectos africanos y colaboraciones empresariales.

 

 

La opacidad en torno a estas relaciones y la negativa a reconocerlas abiertamente han contribuido a intensificar la polémica.

 

 

Otro elemento relevante es el papel del gobierno venezolano, que durante años mantuvo una deuda de 176 millones de dólares con Air Europa.

 

 

Según la familia Hidalgo, esta deuda nunca fue saldada, aunque algunos tertulianos sostienen que la situación financiera de la compañía mejoró tras el rescate y la venta parcial a Turkish Airlines.

 

 

Las cuentas públicas de Air Europa reflejan la evolución de la deuda y los ingresos, pero persisten dudas sobre la verdadera fuente de los fondos utilizados para devolver el crédito estatal.

 

 

La operación ha sido objeto de seguimiento por parte de los medios europeos, lo que, según algunos analistas, ha motivado la devolución acelerada del préstamo para evitar el escrutinio internacional y las posibles sanciones.

 

 

La presión mediática y política ha obligado a Air Europa a regularizar su situación financiera, aunque las sombras sobre el proceso y las relaciones personales involucradas siguen sin disiparse.

 

 

 

En definitiva, el rescate de Air Europa es un ejemplo paradigmático de las dificultades que enfrenta España para garantizar la transparencia y la equidad en la gestión de fondos públicos.

 

 

La mezcla de intereses políticos, empresariales y personales complica la rendición de cuentas y alimenta la percepción de que en el país existe un doble rasero para el trato de grandes empresas y ciudadanos comunes.

 

 

Mientras la devolución del préstamo y el pago de intereses parecen cerrar el capítulo financiero, las preguntas sobre la influencia, las relaciones y los criterios de adjudicación permanecen abiertas, y la sociedad sigue esperando explicaciones claras y contundentes de sus responsables.