Revilla le dedica un implacable minuto a María Guardiola sobre el robo de votos en Extremadura: “Es infumable”.

 

 

 

 

Miguel Ángel Revilla se ha mostrado muy crítico en ‘La Sexta Xplica’ con los discursos tanto de María Guardiola como de Isabel Díaz Ayuso sobre el robo de los 124 votos en Extremadura.

 

 

 

 

 

 

Miguel Ángel Revilla, expresidente de Cantabria y uno de los rostros más reconocibles del panorama político español, volvió a sentarse en el plató de ‘La Sexta Xplica’ el sábado 20 de diciembre, justo en la víspera de unas elecciones autonómicas en Extremadura que prometen ser históricas.

 

 

 

Su presencia en el programa nocturno de la cadena no pasó desapercibida, como tampoco sus palabras, cargadas de crítica y advertencia, sobre el tono y las estrategias que está adoptando el Partido Popular en la recta final de la campaña.

 

 

La actualidad política extremeña se encuentra marcada por la polémica en torno al robo de una caja de votos en la oficina de Correos de Fuente de Cantos, un hecho que el PP ha utilizado para advertir de un posible ‘pucherazo’.

 

 

La presidenta y candidata a la reelección, María Guardiola, ha elevado el discurso y las acusaciones hasta el punto de que Revilla, en su intervención en ‘La Sexta Xplica’, calificó su actitud como “muy peligrosa”.

 

 

El exmandatario cántabro no se anduvo con rodeos y denunció en directo: “Es infumable, muy peligroso.

 

 

Porque si hay una cosa clara en España es que es un país absolutamente democrático.

 

 

Lo que dice Ayuso de que se están cargando la democracia… ¿en qué país del mundo hay la libertad que hay en este país para decir lo que se dice en el Senado, en el Congreso o en los medios?”

 

 

Revilla, fiel a su estilo directo y desenfadado, ironizó también sobre uno de los mantras más repetidos por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, quien no ha dudado en afirmar que España vive bajo una ‘dictadura sanchista’.

 

 

El expresidente de Cantabria desmontó el argumento con una comparación tan sencilla como contundente: “Imagina una dictadura en la que el presidente tuviera imputados a su mujer y a su hermano.

 

 

Estamos en una democracia absoluta”, sentenció, dejando claro que el clima de libertad y transparencia en España dista mucho de cualquier régimen autoritario.

 

 

En el programa, Revilla fue más allá y lanzó una advertencia sobre el futuro político del país, especialmente ante la posibilidad de unas elecciones generales.

 

 

“Aquí no hay pucherazo posible. Correos funciona de maravilla y hay interventores. Aquí no se defrauda en unas elecciones porque es imposible.

 

 

Es arriesgado lo que voy a decir, pero como digo lo que me da la gana… Yo no deseo un Gobierno del PP y Vox pero es lo que va a venir, pero imagina que el PSOE pudiera volver a gobernar.

 

 

Casi no quiero que eso ocurra porque ahí sí hablarían de pucherazo”, advirtió, en referencia a la tendencia de algunos sectores a poner en duda la legitimidad de los resultados cuando no les son favorables.

 

Incluso comparó la situación con lo vivido en Estados Unidos tras el asalto al Capitolio, señalando que “están en la línea del americano”.

 

 

Las palabras de Revilla no fueron las únicas que resonaron en el plató. El debate sobre las acusaciones de ‘pucherazo’ se trasladó también a la mesa de colaboradores, donde el periodista Antonio Maestre analizó la estrategia del PP y, especialmente, la actitud de María Guardiola. Para Maestre, la candidata popular ha hecho “el ridículo” con sus declaraciones.

 

 

“Yo tengo sentido del ridículo. Hay cosas que pueden funcionar y no por eso hay que hacerlas y creo que cuando eres una candidata que tenía, o tiene, una previsión como lo que tenía ella, esto es un tiro al pie”, argumentó el periodista, subrayando que lanzar acusaciones tan graves sin pruebas sólidas es contraproducente y erosiona la credibilidad propia y del sistema democrático.

 

 

 

Maestre fue aún más severo en su juicio, asegurando que “independientemente de que le vaya a ir a mejor, peor o regular.

 

 

No hacía falta y creo que el ridículo fue espantoso, no solo en el día en sí, sino después, al menos no reconocer que había hecho el ridículo ni que lo estaba haciendo era indecente”.

 

 

El colaborador de ‘La Sexta Xplica’ insistió en que la falta de autocrítica y la persistencia en el error agravan la situación y pueden tener consecuencias electorales negativas para el PP.

 

 

Sin embargo, el análisis de Maestre no se limitó a la candidata popular. El periodista también se mostró crítico con la decisión del PSOE de presentar a Miguel Ángel Gallardo como candidato en Extremadura.

 

 

“Lo de que el candidato (socialista) sea Gallardo… solo recuerdo un tiro en el pie similar, que es el del peronismo presentando a Sergio Massa siendo ministro de Economía en un país con un 140% de inflación, cuando el otro candidato solo hablaba de economía”, comparó Maestre, evidenciando que la elección de Gallardo no genera ilusión ni expectativas positivas entre los votantes socialistas.

 

 

 

El colaborador de ‘La Sexta Xplica’ fue tajante: “Hay cosas que se ven que están mal y que se ven que no van a funcionar.

 

 

Porque la política puede tener muchas cosas difíciles de evaluar, pero hay otros tipos de cálculos, pero desde luego sabemos que lo de mañana en el PSOE va a salir mal.

 

 

A lo mejor salía mal sin Gallardo, pero con Gallardo va a salir a peor”. Esta reflexión pone de manifiesto la dificultad que enfrentan los partidos políticos para conectar con el electorado en un contexto de desafección y desencanto generalizado.

 

 

La campaña extremeña, marcada por la crispación y el tono alarmista, es el reflejo de una tendencia que se ha instalado en la política española: la búsqueda constante de la confrontación, la exageración de los incidentes y la utilización de cualquier hecho como arma arrojadiza.

 

 

El robo de la caja de votos en Fuente de Cantos, lejos de ser gestionado con la discreción y el rigor institucional que exige el proceso electoral, se ha convertido en el centro de una batalla por el relato.

 

 

El Partido Popular, en su intento de capitalizar el incidente, ha alimentado la sospecha y la desconfianza, mientras el PSOE trata de evitar el desgaste que supone una candidatura poco inspiradora.

 

 

En este clima, la figura de Miguel Ángel Revilla emerge como una voz crítica y sensata, capaz de poner en perspectiva los riesgos de alimentar discursos de fraude y de cuestionar la legitimidad de las instituciones.

 

 

Su defensa de la democracia española, su rechazo a las acusaciones infundadas y su advertencia sobre el peligro de importar estrategias de polarización extrema, como las vividas en Estados Unidos, son un toque de atención para todos los actores políticos.

 

 

 

 

 

La democracia española, como recordó Revilla, se sustenta en la transparencia, la pluralidad y el respeto a las reglas del juego.

 

 

Las acusaciones de ‘pucherazo’, sin pruebas, no solo dañan la imagen de los partidos que las lanzan, sino que ponen en riesgo la confianza de los ciudadanos en el sistema.

 

 

En un país donde la alternancia política es real, donde existe libertad de prensa y donde los controles institucionales funcionan, alimentar la idea de fraude electoral es irresponsable y peligroso.

 

 

Por otro lado, la falta de ilusión en la candidatura socialista evidencia otro problema estructural: la desconexión entre los partidos y la sociedad.

 

 

El elector busca liderazgo, propuestas claras y capacidad de gestión, no solo nombres y estrategias de marketing. La política, en tiempos de crisis, exige audacia, pero también sensibilidad y empatía para entender las necesidades reales de la gente.

 

 

Las elecciones autonómicas en Extremadura son, en definitiva, un espejo de la situación política nacional.

 

 

El enfrentamiento, la desconfianza y la falta de autocrítica se han convertido en elementos habituales del debate público.

 

 

Sin embargo, la ciudadanía sigue demostrando madurez y compromiso, acudiendo a votar y defendiendo el valor de la participación democrática.

 

 

El futuro político de Extremadura, y por extensión de España, dependerá de la capacidad de los líderes para aprender de los errores, para abandonar la lógica del enfrentamiento y para reconstruir la confianza en las instituciones.

 

 

La democracia no se defiende con discursos alarmistas ni con estrategias de polarización, sino con hechos, transparencia y respeto por la voluntad popular.

 

 

Miguel Ángel Revilla, con su estilo inconfundible, ha vuelto a recordar que la política debe estar al servicio de la gente y que la democracia española, pese a sus imperfecciones, sigue siendo un ejemplo de libertad y pluralidad.

 

 

Las campañas electorales, los debates y las polémicas pasarán, pero lo que queda es el compromiso de millones de ciudadanos que, día a día, construyen una sociedad más justa y democrática.

 

 

Las lecciones de Extremadura deben servir para reforzar la cultura democrática, para exigir responsabilidad a los partidos y para recordar que el voto es el instrumento más poderoso de la ciudadanía.

 

 

La democracia no es perfecta, pero es el mejor sistema para garantizar la convivencia y el progreso.

 

 

Y en España, como bien dice Revilla, la libertad es absoluta y el futuro está en manos de quienes participan, debaten y deciden con responsabilidad y respeto.