BRUTAL OVACIÓN a AYUSO ¡TRAS SALIRSE DEL GUIÓN EN ACTO DE LA CONSTITUCIÓN Y HACER ESTO A SÁNCHEZ!.

 

 

 

El 47º aniversario de la Constitución española: Madrid celebra la unidad, la libertad y el futuro compartido.

 

 

La Comunidad de Madrid ha celebrado el 47º aniversario de la Constitución española en un acto solemne que ha reunido a las principales autoridades políticas, institucionales, sociales y culturales de la región.

 

 

 

Lejos de limitarse a una conmemoración formal, el evento ha servido para reivindicar el valor de la Carta Magna de 1978 como pilar de la convivencia democrática, la prosperidad y la paz social en España, en un momento de especial sensibilidad política y social.

 

 

 

El discurso central, pronunciado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, ha sido una defensa apasionada del espíritu constitucional, de la transición y de los valores que han permitido a España consolidar una democracia sólida y plural.

 

 

En sus palabras, la presidenta ha recordado que la Constitución no es propiedad de ningún grupo, sino el marco común que garantiza derechos, libertades y oportunidades a todos los ciudadanos, independientemente de sus ideas, procedencias o circunstancias personales.

 

 

 

La intervención ha comenzado con un homenaje a quienes, hace casi medio siglo, fueron capaces de anteponer el bien común a sus intereses particulares y sellar un pacto histórico entre españoles de pensamiento y procedencia muy diversa.

 

 

 

La presidenta ha subrayado que la Constitución fue posible gracias a tres circunstancias: la necesidad de mirar hacia adelante, la voluntad de aceptar al otro y la confianza en un futuro mejor.

 

 

“La Constitución no podía gustar a todos al completo porque todos tenían que dar su brazo a torcer”, ha afirmado, reivindicando el espíritu de consenso y generosidad que marcó la transición.

 

 

 

El acto ha contado con la presencia de representantes de todos los partidos políticos, expresidentes de la Comunidad, miembros del Gobierno regional, autoridades judiciales, empresariales, sociales y culturales, así como el coro de niños y jóvenes de la Comunidad de Madrid, símbolo de las nuevas generaciones que heredarán el legado constitucional.

 

 

 

Uno de los mensajes más destacados ha sido la llamada a no dar por sentados los derechos y libertades conquistados.

 

 

“Quienes hemos nacido en democracia damos por sentados muchos derechos que antes fueron conquistas que costaron mucho”, ha advertido la presidenta, recordando que la transición no fue accidental, sino fruto del esfuerzo colectivo de una sociedad que ansiaba dejar atrás la división, el agravio y la sospecha.

 

 

En este sentido, ha apelado especialmente a los “hijos de la transición”, los españoles nacidos bajo el contrato nacional de la Constitución, para que valoren el privilegio de vivir en un país que es referente de libertad y bienestar en el mundo.

 

 

 

La presidenta ha alertado sobre los riesgos de la polarización y la fragmentación social, fenómenos que, según ha denunciado, están siendo asimilados por las nuevas generaciones.

 

 

“Lo fácil es derruir, lo difícil es construir”, ha señalado, criticando la tendencia a alimentar el odio y la desconfianza entre españoles, y el peligro de convertir la identidad y la ideología en motivo de aislamiento, descrédito y cancelación.

 

 

 

Ha lamentado que en algunas zonas de España el voto o la militancia política sean causa de exclusión social, y ha advertido que estos males se están extendiendo a toda la nación.

 

 

 

En un tono reflexivo, la presidenta ha reivindicado la historia y la cultura españolas como fuente de orgullo y cohesión.

 

 

Ha recordado que España es una nación alegre, generosa, valiente y mestiza, “una península de corrientes, profundamente rica en contrastes”, cuya herencia se ha compartido con el mundo y une hoy a más de 600 millones de personas.

 

 

Ha defendido la diversidad regional y cultural como un valor, pero también ha subrayado la necesidad de mantener la unidad en torno a los principios constitucionales.

 

 

El discurso ha abordado los desafíos actuales de España, como el envejecimiento demográfico, la supervivencia de la vida rural, la falta de vivienda, la competitividad empresarial y la escasez de profesionales sanitarios.

 

 

 

La presidenta ha destacado el crecimiento de Madrid desde la aprobación de la Constitución, pasando de 4,5 millones de habitantes en 1978 a más de siete millones en la actualidad, y ha planteado interrogantes sobre cómo asegurar un desarrollo equilibrado y mantener el carácter abierto e integrador de la región.

 

 

 

La vivienda ha sido señalada como prioridad, con el compromiso de abordar el reto desde la libertad y la confianza, eliminando trabas burocráticas y fiscales injustas.

 

 

La presidenta ha defendido la necesidad de garantizar igualdad de oportunidades para que todos los ciudadanos puedan acceder a la vivienda, crear una familia, elegir dónde trabajar y vivir, y desarrollar sus proyectos vitales en libertad.

 

 

 

En materia económica y social, ha reivindicado la libertad para emprender y para que el éxito no sea perseguido, rechazando la lógica de la lucha de clases y la instrumentalización de las administraciones públicas.

 

 

Ha defendido la responsabilidad individual y colectiva, el trabajo bien hecho, el respeto a las instituciones y la alternancia política bajo reglas del juego comunes y sagradas.

 

 

Especial atención ha dedicado a la sanidad pública madrileña, considerada una de las mejores del mundo.

 

 

La presidenta ha garantizado que cualquier mala práctica será erradicada con contundencia y responsabilidad, asegurando que nadie será discriminado en el acceso a la atención sanitaria por ningún motivo.

 

 

Ha pedido confianza en los profesionales del sistema y ha reiterado el compromiso de la Comunidad de Madrid con la salud y la vida de todos los ciudadanos.

 

 

El discurso ha incluido un homenaje a los maestros, profesores, médicos, bomberos y todos los servidores públicos que anteponen su vida por la de los demás, y ha reivindicado la obligación de respetar las sentencias judiciales, la opinión de los artistas y periodistas, y la propiedad y el esfuerzo del contribuyente.

 

 

 

La presidenta ha advertido contra la “dictadura de las minorías” y el riesgo de hipotecar el futuro de las próximas generaciones con decisiones que nunca tomaron.

 

 

Ha reivindicado la gestión responsable del gasto público y la necesidad de mantener unos servicios públicos de máxima calidad.

 

 

En el tramo final, ha recordado los logros de la transición y la Constitución: la legalización de los partidos políticos, la libertad sindical, la igualdad de la mujer, el pluralismo político, el sufragio universal, la libertad religiosa, la tutela judicial efectiva, la presunción de inocencia, la prohibición de la pena de muerte y de los tratos inhumanos, y la construcción de un Estado social y democrático de derecho bajo la monarquía parlamentaria.

 

 

 

La presidenta ha elogiado el papel del rey Juan Carlos y del rey Felipe VI como garantes de la unidad y la estabilidad institucional, y ha advertido contra quienes pretenden minar el orden constitucional desde dentro, apelando a la confianza en las instituciones y en la ley.

 

 

 

El acto ha concluido con una llamada a la unidad y a la defensa de la Constitución como garantía de libertad y convivencia.

 

 

“La unión nos hace más fuertes. Unidad no es uniformidad”, ha proclamado, invitando a todos los españoles a emprender juntos el camino de la regeneración nacional y a celebrar cada año el valor de la Constitución.

 

 

 

La celebración en Madrid ha sido, así, mucho más que un homenaje al texto constitucional: ha sido una reafirmación del compromiso con la libertad, la igualdad, la responsabilidad y el futuro compartido.

 

 

 

En un contexto de desafíos globales y tensiones internas, el mensaje lanzado desde la capital de España es claro: solo juntos, respetando la diversidad y defendiendo los principios fundamentales de la Constitución, podremos garantizar una España mejor para las generaciones venideras.