Puente destruye las ensoñaciones de la derecha mediática sobre el fin del Gobierno de Sánchez: “Es gratis”.

 

 

 

 

El ministro desacredita los pronósticos de caída de Sánchez.

 

 

 

 

 

 

El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha salido en defensa del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, con un mensaje contundente en la red social X – antigua Twitter- en respuesta a un comentario de la periodista Carmen Morondo, que ha descrito al socialismo español como un partido atrincherado y en guerra consigo mismo.

 

 

 

 

 

 

Óscar Puente desmonta los augurios de la derecha mediática y reafirma la fortaleza de Pedro Sánchez en medio de la crisis interna del PSOE.

 

 

 

El clima político español atraviesa semanas de alta tensión y especulación mediática.

 

 

Las voces de la derecha y parte de la prensa han intensificado sus pronósticos sobre una supuesta caída inminente del Gobierno de Pedro Sánchez.

 

 

Sin embargo, el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha salido al paso de estos relatos, desmontando las “ensoñaciones” sobre el final del ciclo socialista y defendiendo la solidez del liderazgo de Sánchez.

 

 

Su intervención en la red social X (antes Twitter) ha sido contundente y se ha convertido en un símbolo de la estrategia de resistencia del núcleo duro del Ejecutivo.

 

 

El detonante fue un comentario de la periodista Carmen Morondo, quien describió el socialismo español como “un partido atrincherado y en guerra consigo mismo”.

 

 

 

Morondo, en su perfil, afirmaba: “En el sanchismo ya no hay bloque, hay trinchera. Afines al presidente se acusan entre ellos por filtraciones y estrategias cruzadas.

 

 

La desconfianza ha llegado al Consejo de Ministros. El poder, cuando se agota, siempre empieza a afilar navajas”.

 

 

La respuesta de Puente no tardó en llegar: “Soñar es gratis. Llevan así caminito de 8 años. ¡Y lo que les queda!”, replicó el ministro, minimizando los rumores sobre un supuesto final de ciclo y reforzando la idea de que el liderazgo de Sánchez sigue firme pese a las crisis internas y los ataques externos.

 

 

Este cruce de mensajes refleja el pulso entre el Gobierno y quienes desde la oposición y parte de los medios insisten en la narrativa de desgaste y descomposición del Ejecutivo socialista.

 

 

Puente, uno de los ministros más activos en redes y en la defensa pública de Sánchez, ha convertido su perfil en X en un espacio de combate político, donde no duda en responder a las críticas y en desmontar los relatos interesados sobre la situación del PSOE y del Gobierno.

 

 

 

El contexto de esta tensión interna se ha visto agravado por las denuncias contra Paco Salazar, exasesor de Sánchez en Moncloa y figura clave en la conexión entre partido y Gobierno.

 

 

Las acusaciones por presunto acoso sexual y abuso de poder han abierto una brecha dentro del PSOE, alimentando las especulaciones sobre luchas internas y “fuego amigo”.

 

 

 

El núcleo duro de Sánchez sostiene que la filtración y la presión para llevar el caso ante la Fiscalía tienen un origen concreto en sectores críticos del sanchismo, entre los que destaca el nombre de Adriana Lastra, delegada del Gobierno en Asturias y ex vicesecretaria general del PSOE.

 

 

Lastra ha sido señalada por los fieles a Sánchez como una de las voces que más ha empujado para judicializar el caso, en una maniobra que algunos interpretan como parte de la pugna interna por el control del partido.

 

 

La gestión del caso Salazar ha obligado a Sánchez a pronunciarse públicamente y a asumir errores en la interlocución con las denunciantes.

 

 

En la misma línea que el partido, el presidente ha anunciado la puesta en marcha de un “protocolo antiacoso” y ha reconocido que “ha habido un error que lamentamos en la interlocución con las denunciantes anónimas”.

 

 

 

Sánchez ha subrayado la necesidad de reforzar los recursos para evitar que situaciones similares se repitan, reivindicando el compromiso del PSOE con el feminismo: “Somos una organización comprometida con el feminismo”, ha defendido, al tiempo que ha lanzado un mensaje claro a la oposición: “No vamos a aceptar lecciones de partidos que no hacen ni la mitad”.

 

 

 

El presidente ha insistido en que el partido “ha actuado con contundencia, nunca con connivencia” y ha anunciado la próxima reforma del código ético socialista.

 

 

Considera que fue un “error” que el PSOE tardara varios meses en ponerse en contacto con las denunciantes del exdirigente socialista, atribuyendo la demora a la falta de personal en la recién creada Oficina contra el Acoso, que lleva el caso.

 

 

 

Sin embargo, Sánchez ha adelantado su rechazo a que desde la sede de Ferraz se trasladen esas denuncias anónimas a la Fiscalía, pues en su opinión, “pondría a las mujeres en el disparadero”.

 

 

El presidente ha asegurado que el expediente se culminará y ha dejado claro que todavía están dentro del plazo marcado en el protocolo interno del PSOE, que da seis meses para resolver el caso ante una denuncia.

 

 

En este sentido, Sánchez ha matizado que no mantiene ninguna relación con su antiguo colaborador desde que fue apartado el pasado mes de julio, intentando así cerrar cualquier vínculo personal con el caso y limitar el daño político.

 

 

 

La gestión del escándalo, lejos de ser un asunto menor, se ha convertido en una prueba de fuego para el liderazgo del presidente y para la capacidad del PSOE de mantener la coherencia interna y la credibilidad ante la sociedad.

 

 

Mientras tanto, la oposición y la derecha mediática han intensificado su ofensiva, presentando el caso Salazar como el síntoma de una crisis terminal en el Gobierno y en el PSOE.

 

 

 

Los editoriales y columnas insisten en la idea de un partido dividido, acosado por las luchas internas y las filtraciones, y en la imagen de un Sánchez aislado y debilitado.

 

 

Sin embargo, la respuesta de Puente y la actitud del núcleo duro del Ejecutivo buscan contrarrestar esta narrativa, reivindicando la resistencia del liderazgo socialista y la capacidad del Gobierno para gestionar las crisis.

 

 

La estrategia de Puente se apoya en la experiencia acumulada durante los casi ocho años de gobierno socialista, marcados por episodios de alta tensión política, mociones de censura, elecciones anticipadas y crisis internas.

 

 

 

El ministro recuerda que los pronósticos de caída del Gobierno han sido una constante desde la llegada de Sánchez a la Moncloa, y que, pese a las dificultades, el Ejecutivo ha conseguido sobrevivir y avanzar en su agenda política.

 

 

“Llevan así caminito de 8 años. ¡Y lo que les queda!”, resume Puente, minimizando los augurios de la derecha y apostando por la continuidad del proyecto socialista.

 

 

El debate sobre el futuro del Gobierno y del PSOE se inscribe en un contexto más amplio de polarización política y de desgaste institucional.

 

 

 

La crisis interna del partido, alimentada por casos como el de Salazar y por las luchas por el control de los recursos y los cargos, refleja las dificultades de gestionar una organización compleja y diversa en un momento de máxima presión mediática y social.

 

 

La capacidad de Sánchez y de su equipo para mantener la cohesión interna y para responder con eficacia a los desafíos éticos y políticos será determinante para el futuro del socialismo español y para la estabilidad del Gobierno.

 

 

La gestión del caso Salazar y la respuesta a los ataques externos han puesto de manifiesto la importancia de contar con protocolos claros y recursos suficientes para afrontar situaciones de acoso y abuso de poder.

 

 

El compromiso del PSOE con el feminismo y con la transparencia se convierte en un elemento clave para recuperar la confianza de la militancia y de la sociedad.

 

 

La reforma del código ético anunciada por Sánchez y la culminación del expediente interno serán pruebas decisivas de la capacidad del partido para aprender de los errores y para garantizar la protección de las víctimas y la rendición de cuentas.

 

 

 

En definitiva, el cruce entre Óscar Puente y Carmen Morondo en X sintetiza el pulso político actual en España: una batalla por el relato, donde la derecha mediática apuesta por el desgaste y la caída del Gobierno, mientras el núcleo duro socialista reivindica la resistencia y la continuidad.

 

 

. La crisis interna del PSOE, lejos de ser el final del ciclo, se convierte en una oportunidad para reafirmar el liderazgo de Sánchez y para avanzar en la regeneración ética y política del partido.

 

 

La sociedad española, cada vez más exigente en materia de transparencia y de protección de los derechos de las mujeres, observa con atención el desarrollo de los acontecimientos.

 

 

El desenlace del caso Salazar y la capacidad del PSOE para gestionar la crisis serán determinantes para el futuro inmediato del Gobierno y para la credibilidad de la izquierda en España.

 

 

Mientras tanto, Puente y el equipo de Sánchez mantienen la línea de defensa, desmontando los augurios de la derecha mediática y apostando por la continuidad y la fortaleza del proyecto socialista.

 

 

La política española, marcada por la polarización y la intensidad de los debates, sigue escribiendo su historia en tiempo real.

 

 

El liderazgo de Sánchez y la capacidad del PSOE para superar las crisis internas serán claves para definir el rumbo del país en los próximos años.

 

 

La respuesta de Puente, firme y directa, es un recordatorio de que en política, como en la vida, “soñar es gratis”, pero la realidad se construye día a día, entre la resistencia y la capacidad de adaptación.