Presentadora DESTROZADA por Santiago Abascal cuando Defiende las subvenciones a las Televisiones.

 

 

 

En el panorama político español, el debate sobre el papel de los medios de comunicación, la financiación pública y la transparencia se ha convertido en un tema recurrente y polémico.

 

 

En una reciente entrevista televisiva, Santiago Abascal, líder de Vox, protagonizó un intenso intercambio con una presentadora, en el que defendió con firmeza su visión sobre la independencia de los medios y la necesidad de eliminar las subvenciones estatales tanto para los partidos políticos como para los medios de comunicación.

 

 

 

El momento, cargado de tensión y argumentos, dejó en evidencia las diferencias profundas entre la izquierda y la derecha respecto al control y la influencia sobre la opinión pública.

 

 

 

Abascal inició su intervención señalando que “la tarta también se reparte entre los medios de comunicación que reciben subvenciones públicas”, un mensaje directo que apunta a la relación entre el poder político y los medios.

 

 

 

La presentadora, visiblemente incómoda, intentó defender la labor periodística y la libertad de prensa, pero Abascal insistió en que los medios deben ser “libres y sin financiación pública”, igual que los partidos políticos.

 

 

Para él, la independencia real solo se consigue cuando los medios no dependen del dinero del contribuyente, una postura que ha generado debate y controversia en el sector.

 

 

El líder de Vox fue más allá, reivindicando que su partido no veta a ningún medio de comunicación, aunque reconoció que durante un tiempo impidieron la entrada del diario El País en su sede.

 

 

 

Explicó que esta medida fue una respuesta al editorial de El País que pedía aplicar un “cordón sanitario” a Vox, es decir, a casi cuatro millones de españoles.

 

 

Abascal preguntó con lógica: “¿Por qué Vox no tiene derecho a aplicar un cordón sanitario a un medio de comunicación si ellos lo aplican a nosotros?” La presentadora intentó matizar, defendiendo que ningún medio debe ser vetado, pero Abascal mantuvo su posición, subrayando que Vox siempre responde a las preguntas de todos los medios, a diferencia de otros partidos que, según él, evitan las preguntas incómodas.

 

 

 

El debate se intensificó cuando la presentadora acusó a Vox de totalitarismo, pero Abascal devolvió la crítica, afirmando que es la izquierda la que realmente busca silenciar y callar a Vox.

 

 

“Ellos son los que intentan destrozar nuestros actos pacíficos y no nos permiten ejercer nuestra libertad de pensamiento”, argumentó, añadiendo que Vox ha demostrado ser diferente al resto de partidos por su transparencia y disposición a responder a todos los periodistas.

 

 

 

La conversación giró hacia la convocatoria de elecciones generales. Abascal fue tajante: “Nunca ayudaré al presidente del gobierno.

 

 

Siempre hablo en serio y cuando ayer hice ese planteamiento, no era un ejercicio retórico”.

 

 

 

Explicó que está dispuesto a forzar elecciones en Valencia inmediatamente después de que Sánchez anuncie la disolución de las Cortes Generales y convoque elecciones en toda España.

 

 

Sin embargo, acusó al presidente de no tener el valor necesario para convocar elecciones porque “tiene miedo a la voz de los españoles y sabe que le mandarían a su casa”.

 

 

La presentadora planteó la posibilidad de que Vox se abstenga para facilitar un gobierno del Partido Popular, como sugería una encuesta reciente.

 

 

Abascal rechazó rotundamente esa opción: “¿Quién se ha creído que yo me presento a las elecciones para pedir el voto y luego apartarme como si la gente no nos hubiera respaldado?” Insistió en que Vox hará valer sus votos y la confianza de sus electores, y que no están para ayudar ni al Partido Popular ni al Partido Socialista, sino para ayudar a los españoles.

 

 

“No estamos aquí para repartirnos el pastel con otros partidos, estamos para cambiar España”, afirmó con convicción.

 

 

 

El discurso de Abascal se centró en los problemas que, según él, más afectan a los ciudadanos: la inmigración, la vivienda y el regreso de los jóvenes que han emigrado. “Queremos que la gente camine segura por la calle, que pueda acceder a una vivienda.

 

 

Lo otro nos importa menos y lo hemos demostrado”, dijo, recordando que Vox es el único partido que ha abandonado gobiernos cuando no se cumplían los acuerdos, para no estafar a sus propios votantes.

 

 

 

El líder de Vox también abordó la relación con el Partido Popular, especialmente en el contexto de las negociaciones en Valencia y Extremadura.

 

 

Explicó que Vox exige compromisos claros en materia de rechazo al Pacto Verde, al pacto migratorio y a políticas que considera perjudiciales para España.

 

 

En algunos territorios, el PP ha aceptado estas condiciones, pero en otros, como Extremadura, no, lo que ha llevado a la convocatoria de nuevas elecciones.

 

 

Abascal criticó la falta de discurso claro y homogéneo del PP, lo que dificulta las negociaciones y genera incertidumbre para los votantes.

 

 

En cuanto a la moción de censura, Abascal lamentó que el Partido Popular no haya aprovechado la oportunidad para presentar una moción contra el gobierno de Sánchez.

 

 

“Este gobierno merece mil mociones de censura”, aseguró, denunciando la corrupción y los delitos que, según él, afectan al Ejecutivo.

 

 

Criticó la actitud de la clase política, que parece indiferente ante la gravedad de la situación y más preocupada por mantener sus sueldos y privilegios.

 

 

La entrevista también dejó espacio para el humor y la ironía. Cuando la presentadora le preguntó quién ocupa el papel de Trump en España, Abascal respondió con elegancia: “Yo tengo el de Santiago Abascal en España.

 

 

Respondo ante los españoles y por suerte tengo aliados internacionales con los que hay coincidencia en muchas cosas y diferencias en otras”.

 

 

La respuesta, lejos de buscar la confrontación, reflejó la intención de Vox de mantener una identidad propia y evitar comparaciones simplistas.

 

 

El intercambio entre Abascal y la presentadora evidenció la tensión existente entre los medios de comunicación y los partidos políticos, especialmente aquellos que cuestionan el sistema de subvenciones y la relación con el poder.

 

 

La defensa de la libertad de prensa y la transparencia se mezcló con la crítica a la financiación pública y la denuncia de la falta de independencia de algunos medios.

 

 

 

Abascal, fiel a su estilo, se mostró como un líder firme, dispuesto a desafiar las reglas del juego y a defender sus principios, aunque eso le genere críticas y enfrentamientos.

 

 

Su discurso, basado en la claridad y la convicción, busca conectar con una parte de la sociedad que se siente desencantada con el sistema político y mediático actual.

 

 

 

La entrevista refleja el clima de polarización que vive España, donde cada declaración, cada gesto y cada decisión se convierte en motivo de debate y confrontación.

 

 

La cuestión de la financiación pública, la independencia de los medios y el papel de los partidos en la construcción del relato son temas centrales que seguirán marcando la agenda política en los próximos meses.

 

 

En definitiva, el encuentro entre Abascal y la presentadora progresista puso de manifiesto las diferencias profundas entre la derecha y la izquierda en España, no solo en cuestiones ideológicas, sino también en la forma de entender la democracia, la transparencia y la relación con los ciudadanos.

 

 

 

Vox, con su discurso de ruptura y cambio, sigue ganando terreno entre quienes buscan una alternativa al sistema tradicional, mientras que los medios y los partidos establecidos se enfrentan al reto de adaptarse a una nueva realidad política y social.

 

 

 

La política española está en plena transformación y solo el tiempo dirá quién logrará convencer a una ciudadanía cada vez más exigente y crítica.

 

 

Lo que está claro es que el debate sobre la libertad de prensa, la financiación pública y el papel de los partidos seguirá siendo protagonista en una España que busca respuestas y soluciones reales a sus problemas.