Vicio OCULTO de SÁNCHEZ! Ayuso lo PIENSA 2 VECES, pero DESTAPA a LA PRENSA la OBSESIÓN del FELÓN.

 

 

 

La Comunidad de Madrid frente al Gobierno de Sánchez: gestión, ataques y el pulso por el modelo territorial.

 

 

 

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha convertido en uno de los ejes centrales de su discurso político la denuncia de lo que considera una campaña de acoso y derribo por parte del Gobierno central, liderado por Pedro Sánchez, y sus socios parlamentarios.

 

 

 

En sus intervenciones públicas, Ayuso expone con detalle cómo, a su juicio, la acción del Ejecutivo estatal y de la Delegación del Gobierno en Madrid tiene como objetivo desprestigiar la gestión autonómica y obstaculizar el desarrollo económico y social de la región, que se ha consolidado como el motor económico de España.

 

 

A continuación, se analiza en profundidad el relato de Ayuso, sus argumentos, los datos económicos y políticos que respaldan sus afirmaciones, así como las consecuencias de este enfrentamiento institucional que marca el pulso territorial en España.

 

 

Ayuso sostiene que, más allá de la lógica de la oposición parlamentaria, se enfrenta a una maquinaria estatal compuesta por 22 ministros, asesores, equipos técnicos y la propia Delegación del Gobierno, que actúan de forma coordinada para “desguazar” el trabajo realizado por la Comunidad de Madrid.

 

 

Según la presidenta, cada día se producen ataques directos desde los ministerios y desde la sede de la Delegación del Gobierno, con el objetivo de desprestigiar la labor de gestión y de sembrar dudas sobre la eficacia de los servicios públicos madrileños.

 

 

 

Esta situación, que Ayuso califica de “inaudita”, no tiene precedentes en otras capitales europeas ni en el resto del mundo, donde, afirma, “atacar a una capital no le viene bien a ninguna nación”.

 

 

En su opinión, el Gobierno de Sánchez ha convertido a Madrid en el epicentro de una estrategia política que busca debilitar a la administración autonómica y, por extensión, a todo el país.

 

 

 

La presidenta madrileña reivindica el papel de Madrid como “motor económico de España por méritos propios”, recordando que la región no siempre ocupó ese lugar y que ha sido la gestión austera y eficiente la que ha permitido alcanzar ese liderazgo.

 

 

Ayuso subraya que Madrid es la comunidad que más empleo genera, que más empresas atrae y que más inversión recibe, gracias a un modelo que combina respeto por la iniciativa privada, control del gasto público y la oferta de servicios públicos de calidad.

 

 

 

Un dato relevante es que, según la presidenta, el 80% de la recaudación fiscal de Madrid se destina al resto de España, financiando servicios públicos en otras comunidades autónomas.

 

 

Esto convierte a Madrid en una región rica, pero con una administración austera, comprometida con la solidaridad interterritorial.

 

 

Ayuso defiende que “si a Madrid le va bien, a España entero le va mejor”, ya que la región está formada por ciudadanos de todas las partes de España y por empresas que operan en todo el país.

 

 

Ayuso denuncia que los ataques del Gobierno central son diarios y sistemáticos.

 

 

Según su relato, Pedro Sánchez aprovecha cualquier intervención pública, tanto en el Congreso de los Diputados como en foros internacionales, para desprestigiar la labor de la Comunidad de Madrid.

 

 

La presidenta interpreta esta actitud como una “clara obsesión” del presidente del Gobierno, que busca debilitar a Madrid para fortalecer a sus socios parlamentarios y consolidar pactos territoriales que, en su opinión, son perjudiciales para el conjunto de España.

 

 

La presidenta alerta sobre las consecuencias de estos pactos, que considera una “herencia inasumible” para las generaciones futuras.

 

 

Ayuso sostiene que cuanto más débil está Sánchez, más competencias y patrimonio entrega a sus socios, “creando naciones paralegales” a través de la transferencia de competencias, la financiación de organismos y la apertura de embajadas autonómicas en el extranjero.

 

 

 

Uno de los puntos más críticos del discurso de Ayuso es el coste económico que, según ella, soportan los madrileños por las decisiones del Gobierno central.

 

 

La presidenta denuncia que cada madrileño tendrá que sufragar 483 euros adicionales para “pedir perdón a los independentistas y financiar competencias impropias”, en referencia a los acuerdos alcanzados con partidos nacionalistas e independentistas.

 

 

Ayuso advierte que se está creando una estructura de “naciones paralegales” que, aunque no aportan al conjunto de la nación, están mucho más financiadas per cápita que Madrid.

 

 

 

La presidenta también denuncia una deuda acumulada de más de 10.500 millones de euros por prestaciones y servicios públicos que el Estado no paga a Madrid, a pesar de que la región sigue creciendo en población.

 

 

Esta infrafinanciación, que Ayuso califica de “grave”, afecta especialmente al sistema de dependencia, con una deuda de casi 2.500 millones de euros.

 

 

 

En el nuevo sistema de financiación autonómica, Ayuso alerta de que se pretende impedir que Madrid pueda bajar impuestos, a pesar de que la libertad fiscal está recogida en la Constitución.

 

 

Sin embargo, otras comunidades autónomas, como País Vasco y Navarra, gozan de plena autonomía fiscal y financiera, lo que crea una “clara desventaja” para Madrid y para las regiones colindantes.

 

 

 

Ayuso denuncia que el Gobierno central acusa a Madrid de practicar “dumping fiscal”, es decir, competencia desleal a través de la bajada de impuestos.

 

 

Sin embargo, la presidenta sostiene que lo que realmente se está haciendo es “mentir”, ya que Madrid compite con otras plazas internacionales y necesita mantener su atractivo para la inversión y la creación de empleo.

 

 

La imposibilidad de bajar impuestos, según Ayuso, expulsará inversión y oportunidades, mientras que otras comunidades, como País Vasco y Navarra, seguirán gozando de privilegios fiscales.

 

 

 

La presidenta de Madrid también denuncia el uso de la “ley de Memoria Democrática” para vincular la sede de la presidencia autonómica con el régimen franquista, una “obsesión” que Ayuso considera sectaria y totalitaria.

 

 

Recuerda que fue el propio Partido Socialista, “con afán de convivencia y pluralidad”, quien decidió que la sede fuera “la casa de todos los madrileños”.

 

 

 

Asimismo, Ayuso lamenta la retirada del ejército en los actos del 2 de mayo, algo que nunca había ocurrido en la historia, y lo interpreta como un intento de deslegitimar los símbolos y la identidad de Madrid.

 

 

 

Ayuso denuncia que el Ministerio de Transportes ha atacado el funcionamiento del metro de Madrid, utilizando incluso “fotos falsas de metros de otras ciudades del mundo” para desprestigiar el sistema de transporte madrileño.

 

 

La presidenta lamenta que, en lugar de reconocer los problemas y trabajar conjuntamente, el Gobierno central prefiera “desprestigiar todo lo que hacemos”.

 

 

 

En el ámbito sanitario y educativo, Ayuso sostiene que Radio Televisión Española se ha convertido en “un servicio al exclusivo servicio de la Moncloa y de Sánchez”, organizando campañas diarias para desprestigiar la sanidad y las universidades madrileñas.

 

 

La presidenta denuncia que se pone el acento solo en Madrid, “de la mañana a la noche, con el dinero de todos”, y que se privatiza el modelo con productoras externas.

 

 

 

Además, Ayuso alerta sobre el diseño de un “reparto arbitrario e injusto de inmigrantes menores no acompañados”, y la instalación de macrocampamentos que no han sido negociados ni pensados para el día a día de los vecinos de Madrid.

 

 

La presidenta de Madrid denuncia los “escándalos de corrupción” y las “noticias escandalosas” que afectan al entorno del expresidente Rodríguez Zapatero, quien, según Ayuso, debería rendir cuentas ante los medios, el Congreso y el Senado por sus pactos y negocios internacionales.

 

 

La presidenta recuerda que los pactos de legislatura con Navarra han permitido que Bildu gestione el Ayuntamiento de Pamplona, y que muchos de estos acuerdos no se explicaron antes de las elecciones.

 

 

 

Ayuso sostiene que “pagamos desde la Comunidad de Madrid y otras comunidades leales con España todo esto”, y que a ello se suman “anuncios falsos y ataques” por parte del presidente Sánchez, quien recientemente acusó a Madrid de “asfixiar económicamente” al Gobierno central.

 

 

 

En su análisis político, Ayuso advierte que Sánchez ha “levantado un muro entre españoles”, dividiendo a la sociedad en bandos enfrentados y buscando que solo le crean “los de su muro”.

 

 

La presidenta denuncia que el presidente solo busca que “no gobiernen los otros”, y que los ciudadanos “no vean ni piensen por sí mismos”, sino que “crean lo que él diga”.

 

 

Esta polarización, según Ayuso, se refleja en la campaña electoral y en los ataques sistemáticos a la Comunidad de Madrid, que se ha convertido en el blanco preferido del Gobierno central y de sus socios.

 

 

 

El relato de Isabel Díaz Ayuso sobre la relación entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno de Sánchez es el de una administración que resiste los ataques y la presión institucional, defendiendo un modelo de gestión basado en la austeridad, la libertad fiscal y la oferta de servicios públicos de calidad.

 

 

Ayuso reivindica Madrid como el motor económico de España y como ejemplo de solidaridad interterritorial, pero denuncia la infrafinanciación, la desventaja fiscal y los intentos de desprestigio por parte del Gobierno central.

 

 

 

La presidenta madrileña concluye que Madrid “va bien” gracias a la confianza en su modelo, pero advierte que los ataques diarios, la polarización y los pactos territoriales amenazan el futuro de la región y de España.

 

 

En este contexto, Ayuso llama a la resistencia y a la defensa de los intereses de los madrileños y de todos los españoles que creen en la libertad, la convivencia y el progreso.