La NUEVA ESTRELLA de AYUSO DESATA la LOCURA en la ASAMBLEA😂¡¡AL DECIRLE ESTO A UNA PODEMITA!!.

 

 

 

Debate sobre los presupuestos de Madrid 2026: confrontación de modelos, acusaciones y defensa del liderazgo regional.

 

 

 

La Asamblea de Madrid ha vivido un intenso debate sobre los presupuestos para el ejercicio 2026, marcado por la confrontación de modelos económicos y sociales, las acusaciones de corrupción y mala gestión durante la pandemia, y la defensa cerrada del modelo liberal que ha convertido a la región en motor económico de España.

 

 

El discurso del portavoz del Partido Popular, señor Alonso, sintetiza la visión del gobierno regional y su réplica a las críticas de la oposición, especialmente de Más Madrid y el Partido Socialista.

 

El debate arrancó con referencias directas al escándalo de las mascarillas y la contratación irregular durante la pandemia.

 

 

Alonso recordó que “este grupo se fue a un juzgado, puso una demanda y de esa denuncia hoy Ávalos está en la cárcel, hoy Coldo está en la cárcel y Cerdán pasó por la cárcel”.

 

 

El portavoz insistió en que el origen de estas condenas fue el negocio que algunos hicieron “en lo peor de la pandemia”, mientras acusaba a la izquierda de negacionismo y permisividad frente a la entrada del virus por Barajas.

 

 

 

La intervención estuvo salpicada de interrupciones y protestas de la bancada opositora, a las que Alonso respondió con ironía: “Verles enfadados y que lo que digo les enfada me gusta, porque significa que les hace daño lo que les digo”.

 

 

 

Alonso comparó la tradición madrileña de aprobar presupuestos con la “tradición” del Gobierno central de gobernar sin ellos, “de espaldas al Parlamento e incumpliendo la Constitución una vez más”.

 

 

Destacó que la presidenta Isabel Díaz Ayuso ha presentado tantos presupuestos a mitad de legislatura como Pedro Sánchez en dos legislaturas completas, y cuestionó la credibilidad de las promesas del presidente: “Sin duda, la partida con menor valor de un presupuesto de Pedro Sánchez sería su palabra, que no vale nada”.

 

 

 

El portavoz del PP denunció la falta de seguridad jurídica bajo el gobierno socialista, citando a Adam Smith y afirmando que “la riqueza de una nación no puede florecer en un estado en el que no existe cierto grado de confianza en la justicia del gobierno”.

 

 

Acusó al Ejecutivo de “acoso al poder judicial”, de intentar controlar y dictar sentencias, y de llamar a la ciudadanía a subvertirlas, recordando el caso del fiscal general condenado y la composición del Tribunal Constitucional.

 

Uno de los ejes del discurso fue la defensa del modelo fiscal madrileño, basado en la reducción de impuestos y la eliminación de figuras tributarias propias.

 

 

Alonso destacó que Ayuso “ha reducido en 34 ocasiones los impuestos a todos los madrileños, pero especialmente a quien más lo necesita”.

 

 

Subrayó que las rentas más bajas se benefician de la deflactación del IRPF y que Madrid es la región donde “las rentas más bajas pagan menos, la mitad que en la Cataluña sanchista”.

 

 

Los presupuestos de 2026 incluyen dos nuevas rebajas fiscales para jóvenes que estudian y trabajan, y para comercios consolera.

 

 

Frente a esto, Alonso criticó el “modelo sanchista” de subida de impuestos, señalando que “no hay español que no haya sufrido el alza fiscal del sanchismo”, y enumeró la creación de tasas como la Tobi, Google, plásticos, bebidas azucaradas, tabaco, vapeadores, gasolina, matriculación, primas de seguro y canon digital.

 

 

 

Además, denunció que la inflación es el impuesto más injusto y que el gobierno central se ha negado sistemáticamente a deflactar el IRPF.

 

El portavoz popular defendió los resultados del modelo madrileño: “Mientras la inversión extranjera huye de España y ha caído un 60% hasta junio, Madrid se ha convertido en refugio del inversor.

 

 

Tres de cada cuatro euros eligen nuestra región”. Destacó el récord de autónomos, la creación de casi 30.000 pymes y la generación de empleo tecnológico, que representa el 43% del total nacional.

 

 

 

Contrastó estos datos con la situación nacional: “España sigue teniendo la tasa de paro más alta de toda la OCDE y la única por encima del 10%. La Madrid es la región que más empleo genera y la que más trabajo tecnológico atrae”.

 

 

Alonso criticó la “trampa” de los fijos discontinuos y denunció la pérdida de capacidad adquisitiva bajo el gobierno de Sánchez, “el segundo país de la Unión Europea con mayor pobreza infantil”.

 

El debate sobre la sanidad ocupó un lugar central, con la oposición acusando al PP de privatizar y beneficiar a empresas como Quirón.

 

 

Alonso replicó que “la sanidad madrileña es la mejor, no lo digo yo, lo dicen sus usuarios.

 

 

El 80% de ellos están muy satisfechos, el 20% le da un 10 sobre 10”.

 

 

Recordó que otras comunidades gobernadas por la izquierda también contratan con Quirón y externalizan hospitales, y acusó a la oposición de hipocresía: “Su gobierno ha multiplicado exponencialmente la facturación con Quirón 15 veces más.

 

 

Lo dicen ellos que en sus comunidades autónomas contratan con Quirón”.

 

 

En cuanto a la facturación pública, Madrid representa solo el 5% del total nacional, según Alonso, quien defendió la calidad y la demanda de servicios sanitarios madrileños por parte de usuarios de otras regiones.

 

 

Alonso arremetió contra la oposición por “utilizar la indignación comprensible de nuestros ciudadanos, sus preocupaciones o sus miedos para azuzarlos, incentivarlos y arrojárselos al adversario político”, calificando esta actitud de irresponsable y nociva para la sociedad. Respondió a las críticas sobre la gestión de residencias durante la pandemia, recordando que todas las causas judiciales fueron archivadas y que la verdadera negligencia fue responsabilidad de la izquierda.

El portavoz del PP denunció el reparto de fondos europeos por parte del Gobierno central, acusando a Sánchez de utilizar cada euro para “castigar a Madrid”. Reclamó el pago de 10.500 millones de euros que, según su versión, el Estado debe a la región, y pidió que “el gobierno de Sánchez nos pague lo que nos debe”.

En la recta final de su intervención, Alonso defendió el modelo madrileño como “una puerta abierta a todos aquellos que quieren perseguir sus sueños”, basado en la libertad, el esfuerzo individual y el acompañamiento del gobierno regional.

 

 

“Los madrileños lo saben, los madrileños lo quieren y los madrileños lo valoran porque responde a su forma de ver la vida y la gran mayoría de ellos nos han dado el mandato de defender ese modelo de sociedad y ese tipo de gobierno”.

 

 

 

El discurso concluyó con una defensa de la Constitución, la transición y la igualdad de los ciudadanos, y una crítica directa al Gobierno central: “España no ha perdido su dignidad, la ha perdido su gobierno.

 

 

España no ha perdido su capacidad, la ha perdido su gobierno.

 

 

España no ha perdido su futuro, lo ha perdido su gobierno.

 

 

Sigue mereciendo la pena confiar en España.

 

 

Y estos presupuestos es recordar a los madrileños de siempre, a los nuevos madrileños y a quienes no lo son, que aquí está Madrid, una región especialmente fiable en la que puedes confiar”.

 

 

 

El debate sobre los presupuestos de Madrid 2026 ha puesto de manifiesto la confrontación entre dos modelos de gestión, dos visiones de la sociedad y dos formas de entender el papel del Estado y la región.

 

 

El gobierno de Ayuso defiende su modelo liberal, basado en la reducción de impuestos, el liderazgo económico y la defensa de la libertad individual, mientras la oposición denuncia la privatización, la precarización de los servicios públicos y la desigualdad.

 

 

 

La Asamblea de Madrid, como reflejo de la sociedad, sigue siendo el escenario de una batalla política y social que determinará el futuro de la región y su papel en el conjunto de España.

 

 

Los presupuestos de 2026 son, para el PP, la garantía de un modelo que, según su discurso, responde a las expectativas y necesidades de los ciudadanos.

 

 

Para la oposición, representan la consolidación de una política que, a su juicio, favorece a unos pocos y pone en riesgo la cohesión social.