Un catedrático de Derecho Constitucional resume en una palabra casi insuperable su opinión sobre la sentencia del Fiscal General del Estado.
Argumenta por qué utiliza ese término.

La sentencia del Tribunal Supremo contra el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, ha desencadenado una ola de críticas en el ámbito jurídico y político español, convirtiéndose en uno de los fallos más controvertidos de los últimos años.
Entre las voces más autorizadas y contundentes destaca la del jurista Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla, quien ha calificado la resolución de “cantinfleo”, un término que, lejos de ser anecdótico, resume el desconcierto y la preocupación por la deriva interpretativa del alto tribunal.
La condena, adelantada por el Supremo y conocida oficialmente semanas después, impone a García Ortiz dos años de inhabilitación para el cargo de Fiscal General, una multa de 7.200 euros y la obligación de indemnizar con 10.000 euros por daños morales a Alberto González Amador, pareja de la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso.
El motivo central es la revelación de secretos, tanto por la filtración a los medios de un correo electrónico donde González Amador se ofrecía a confesar, como por la publicación de una nota de prensa que lo mencionaba.
El Tribunal Supremo sostiene que el Fiscal General “no puede responder a una noticia falsa mediante la comisión de un delito”, estableciendo así que la reacción institucional ante informaciones erróneas no puede amparar la vulneración de derechos fundamentales.
Sin embargo, para Pérez Royo, la sentencia no solo carece de originalidad jurídica, sino que incurre en lo que él denomina “cantinfleo”, un término que evoca los discursos enrevesados y vacíos de sentido del célebre actor mexicano Cantinflas.
En su intervención en TVE, Pérez Royo argumentó que “esto no es una interpretación original: esto es un cantinfleo.
Y lo que hay es mucho cantinfleo en la sentencia”. Para el catedrático, la imputación contra García Ortiz no es inequívoca, la acusación tampoco lo es, y la destrucción de la presunción de inocencia se realiza de forma arbitraria y sin garantías: “Una sentencia no puede condenar de las maneras porque no tienes pruebas y porque, además, hace un canto a la profesión periodística y después hace todo lo contrario de lo que realmente tendría que hacer”.
La contradicción interna de la sentencia es, según Pérez Royo, uno de sus defectos más graves.
El Supremo elogia la labor de los periodistas, reconoce su derecho a transmitir información veraz y afirma que han cumplido con su obligación profesional.
No obstante, acto seguido, desestima sus testimonios y sostiene que “puede ser este señor o alguien de su entorno el que lo ha hecho”, refiriéndose a la filtración.
Esta forma de razonar, “a voleo”, como la define el jurista, convierte el fallo en un “disparate” jurídico, donde la presunción de inocencia se destruye sin pruebas concretas y se condena por mera sospecha.
El uso del término “cantinfleo” por parte de Pérez Royo no es casual ni superficial. En el contexto jurídico, implica una crítica profunda a la falta de rigor, claridad y coherencia en la argumentación del tribunal.
“Cantinflas cantinfleaba, hacía una interpretación original, se convertía realmente en un intérprete original de una cosa que nada más que lo había hecho él.
Cuando un magistrado del Supremo cantinflea, amigo, eso es otra cosa. No es interpretación original. Es otra cosa”, reflexionó el catedrático.
La sentencia ha generado un debate intenso sobre los límites de la actuación institucional y la protección de los derechos fundamentales. Para muchos juristas, el fallo representa una peligrosa ruptura con los principios básicos del derecho penal, especialmente con el principio acusatorio y la presunción de inocencia.
La condena se sustenta en indicios débiles y en una lógica de responsabilidad difusa (“puede ser el fiscal o alguien de su entorno”), lo que vulnera la exigencia de certeza y prueba plena que debe regir en cualquier proceso penal.
Además, la resolución del Supremo ha sido criticada por su tratamiento de la prueba periodística.
El tribunal elogia a los periodistas por su labor informativa, pero rechaza sus testimonios cuando no se ajustan a la hipótesis acusatoria.
Esta contradicción refuerza la impresión de que la sentencia responde más a una voluntad condenatoria que a una búsqueda rigurosa de la verdad. En palabras de Pérez Royo, “no puede decirse que el Fiscal General del Estado es el que ha hecho la filtración. Eso es imposible”.
El impacto institucional de la sentencia es indudable. La condena al Fiscal General del Estado, una figura clave para la independencia y el funcionamiento del Ministerio Público, pone en cuestión la relación entre los poderes del Estado y la capacidad de las instituciones para responder con garantías ante situaciones de crisis mediática y política.
El hecho de que la resolución se base en una imputación “a voleo” y en una destrucción arbitraria de la presunción de inocencia alimenta la percepción de inseguridad jurídica y arbitrariedad.
En el fondo, la crítica de Pérez Royo apunta a un problema estructural del sistema judicial español: la tendencia a interpretar la ley de forma creativa y poco rigurosa cuando se trata de casos de alta sensibilidad política.
El “cantinfleo” del Supremo, lejos de ser una simple excentricidad, refleja una crisis de legitimidad y confianza en la justicia, que puede tener consecuencias profundas para el Estado de derecho y la democracia.
La sentencia contra García Ortiz no solo afecta a la persona del Fiscal General, sino que envía un mensaje preocupante a todos los servidores públicos y a la sociedad en general: la posibilidad de ser condenado sin pruebas sólidas y en base a interpretaciones arbitrarias.
Este precedente, como advierte Pérez Royo, debilita la protección de los derechos fundamentales y erosiona la confianza en las instituciones.
En conclusión, el análisis de Javier Pérez Royo sobre la sentencia del Tribunal Supremo es una llamada de atención sobre los riesgos del “cantinfleo” judicial y la necesidad de recuperar el rigor, la claridad y la coherencia en la interpretación de la ley.
La condena al Fiscal General del Estado, basada en una imputación difusa y en pruebas insuficientes, representa una amenaza para la seguridad jurídica y para los principios básicos del Estado de derecho.
La crítica del catedrático sevillano debería servir para abrir un debate profundo sobre la calidad de la justicia y la urgencia de reformas que garanticen la independencia, la imparcialidad y el respeto a los derechos fundamentales en España.
News
Una demanda, una revelación… y el clima político de Madrid se estremece. Mientras Isabel Díaz Ayuso anuncia que denunciará a TVE por lo que considera información “inadmisible”, Javier Ruiz responde lanzando un descubrimiento inesperado relacionado con una actividad polémica vinculada a la familia Ayuso. Sin acusaciones estridentes, sin palabras dramáticas: solo datos y piezas sueltas que, al encajar, dejaron al plató en silencio durante varios segundos y obligaron a muchos a callar de inmediato.
BOMBAZO: AYUSO ABATIDA DEMANDA A TVE Y RUIZ LA DESTROZA CON CHANCHUYO DE SU CLAN Q HA VISTO LA LUZ….
Todo ocurrió en minutos: sin avisos, predicciones ni filtraciones. Una figura apodada “la fontanera del PSOE” fue detenida en una operación que conmocionó al mundo político. Fuentes indican que no se trató de una simple detención, sino del primer paso de una cadena de acontecimientos que podría desatar un terremoto en el Partido Socialista. ¿Quién ordenó la acción relámpago? ¿Por qué este momento? ¿Es el comienzo de un escándalo… o simplemente una maniobra política?
SE PRECIPITA TODO! DETENIDA LA FONTANERA DEL PSOE. La detención de la “fontanera del…
Rufián rompió el silencio tras el veredicto del fiscal. Con serenidad y sin vacilaciones, lanzó dos declaraciones que sacudieron a toda la clase política española. Algunos diputados describieron el momento como “un puñetazo al muro del poder”. Otros creyeron que podría ser la advertencia más seria que un diputado había lanzado jamás tras una sentencia contra el Fiscal General. Pero ¿qué ponía tan tenso a Rufián? Nadie se atrevió a responder, pero el ambiente en Madrid estaba cargado de tensión.
RUFIÁN tacha de “burrada” la sentencia contra el FISCAL y avisa: “Van con todo”. …
Tras días de silencio en medio de la tormenta, Alan Barroso finalmente habló sobre la denuncia que el juez Peinado presentó en su contra. Pero lo que causó revuelo no fue la refutación de Barroso, sino la frase que eligió para responder. Una frase breve, pero suficiente para encender la mecha de los medios y generar nuevas preguntas: ¿Acaso esta declaración puso al juez Peinado en una situación incómoda? Los expertos legales estaban profundamente divididos, las redes sociales estaban en ebullición y el enfrentamiento entre un analista político y un juez se convirtió repentinamente en un tema central a nivel nacional.
Alán Barroso explica los detalles de la denuncia del juez Peinado contra él: “Lo ha dicho hasta el Supremo”. …
Un detalle sorprendente en el reciente fallo de la Corte Suprema ha conmocionado al mundo jurídico: muchos expertos señalan que la decisión contra el Fiscal General parece contradecir el propio precedente que la propia Corte había establecido previamente. Esta inconsistencia, de confirmarse mediante análisis académico, podría abrir un serio debate constitucional sin precedentes en años: ¿Ha roto la Corte su propio “camino” legal? ¿O se trata simplemente de un ajuste deliberado para crear un nuevo precedente? Todo esto está generando un intenso debate en el Congreso, entre los juristas y dentro del propio poder judicial. ¿Qué sucedió realmente tras las puertas del panel de jueces?
El Supremo contradice con la sentencia al Fiscal General su propia jurisprudencia, abriendo un gravísimo debate constitucional. …
Rufián alborota el Parlamento: dos minutos que PP y VOX no pueden acallar. Al principio, todo parecía una broma… hasta que Rufián pidió la palabra. En segundos, el ambiente en la sala cambió: los murmullos se calmaron, las miradas se apartaron de las cámaras y aparecieron rostros tensos en los rostros de PP y VOX. Los dos minutos siguientes parecieron orquestados para interrumpir todo el asunto, pero… una frase, susurrada en voz baja, dejó a muchos sin palabras. Una frase que nadie quiere repetir. Una frase que podría cambiar por completo la interpretación del suceso. ¿Por qué nadie quiere hablar de ese momento? ¿Qué oyeron exactamente los de la primera fila?
RUFIÁN da en la diana frente a las burlas de PP y VOX: “Dos minutos de realidad”. …
End of content
No more pages to load






