MIGUEL ÁNGEL REVILLA SUELTA BOMBA Y DESTAPA LOS MENSAJES SECRETOS DE FEIJÓO “POSIBLE GOLPE ESTADO”.

 

 

 

 

 

 

 

La política española atraviesa un momento de tensión y de incertidumbre que se refleja en cada debate, en cada declaración y en cada movimiento estratégico de sus principales actores.

 

 

 

El ciclo electoral que se avecina en 2026 se presenta como uno de los más complejos y decisivos de los últimos años, marcado por la polarización, las sospechas y la lucha encarnizada por el relato.

 

 

En este contexto, el análisis de las fortalezas y debilidades de Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo se convierte en una herramienta fundamental para entender hacia dónde se dirige el país.

 

 

Las recientes declaraciones de María Guardiola y otros dirigentes del Partido Popular han vuelto a poner sobre la mesa las sospechas de “pucherazo” y fraude electoral, especialmente tras los incidentes en el voto por correo y las dudas que Feijóo deslizó en 2023.

 

 

Estas acusaciones, que han sido tildadas de “muy peligrosas” por voces como Miguel Ángel Revilla, expresidente de Cantabria, generan un clima de desconfianza que puede tener consecuencias graves para la democracia española.

 

 

Revilla lo resume con claridad: “En España no hay pucherazo posible porque Correos funciona de maravilla, hay interventores y seguimiento total. Aquí no se defrauda en unas elecciones porque es imposible”.

 

 

La libertad y la transparencia del sistema democrático español son, según Revilla, indiscutibles.

 

 

“¿En qué país del mundo hay la libertad que hay en este país para decir lo que se dice en la tribuna del Senado, en el Congreso de los Diputados, en los medios de comunicación?”, se pregunta, desmontando el discurso alarmista que algunos sectores intentan imponer.

 

 

La comparación con las estrategias de Donald Trump en Estados Unidos y el asalto al Capitolio no es casual: Revilla advierte que el PP está jugando con fuego al sembrar dudas sobre la legitimidad electoral, y que si el PSOE lograra gobernar de nuevo, las acusaciones de fraude se multiplicarían.

 

 

 

El historial de corrupción en la política española también sale a relucir. Revilla recuerda las etapas de Aznar y Rajoy como las más corruptas de la historia reciente, con alcaldes, ministros y presidentes autonómicos en prisión.

 

 

“Hay una sección ya del PP en la cárcel”, afirma, enumerando casos como los de Bárcenas, Zaplana, Rato y Matas.

 

 

Sin embargo, no exime al PSOE de sus propios escándalos, mencionando el caso Koldo, Ábalos y otros episodios recientes.

 

 

La corrupción es una lacra compartida que sigue marcando el debate público y la percepción ciudadana sobre sus líderes.

 

 

En este clima, las acusaciones infundadas y la falta de rectificación por parte de dirigentes como María Guardiola son vistas como especialmente graves.

 

 

“Mentir es peligroso en política porque hay gente que se lo cree”, advierte Revilla, subrayando la responsabilidad que tienen los políticos en la construcción de un relato veraz y responsable.

 

 

Con el ciclo electoral en marcha y la perspectiva de unas hipotéticas elecciones en 2026, el análisis de las cartas que juegan Sánchez y Feijóo es imprescindible.

 

 

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuenta con algunas fortalezas evidentes. La economía española, pese a la ausencia de presupuestos aprobados y a la parálisis legislativa, sigue creciendo más que la del resto de Europa.

 

 

Revilla lo atribuye a la fortaleza del país, a sus empresarios, trabajadores, al turismo y a la contribución de los emigrantes, que impulsan el crecimiento económico.

 

 

Sin embargo, advierte que este mérito no puede atribuirse exclusivamente al gobierno, sino al dinamismo de la sociedad española.

 

 

Pero el crecimiento económico no se traduce necesariamente en bienestar para todos. La desigualdad sigue aumentando, y la brecha entre ricos y pobres se agranda cada día.

 

 

“La expectativa de los jóvenes hoy es mucho peor que hace 40 años”, lamenta Revilla, poniendo como ejemplo a su propia hija, que pese a tener estudios y trabajo, no puede acceder a una vivienda digna.

 

 

El fenómeno de los “trabajadores pobres” y la falta de proyecto vital para los jóvenes alimentan el descontento y favorecen el auge de partidos extremistas.

 

 

Otra fortaleza de Sánchez es su tenacidad y capacidad para aunar voluntades en un gobierno de coalición extremadamente complejo.

 

 

Ha conseguido mantener un Ejecutivo con nueve partidos, algo que Revilla califica de “casi imposible” y digno de mérito.

 

 

La habilidad para resistir mociones de censura y mantener la cohesión, aunque sea por el miedo a lo que viene, es una virtud que no debe subestimarse.

 

 

Además, Sánchez ha construido un perfil internacional sólido, defendiendo causas como Palestina, enfrentándose a líderes como Trump y posicionándose favorablemente en el conflicto de Ucrania.

 

 

Sin embargo, las debilidades de Sánchez son igualmente notorias. La falta de coherencia entre lo que promete y lo que hace es, según Revilla, “la engendradora de los males que afectan a la política y a la religión”.

 

 

El presidente ha incumplido promesas clave, como la de no pactar con determinados partidos, y ha mostrado poca capacidad para rodearse de personas competentes, optando en ocasiones por perfiles que solo buscan agradarle.

 

 

La corrupción y la incompetencia en su entorno son errores que pesan en su balance. Además, el desgaste físico y emocional que muestra Sánchez, reflejado en su rostro y en su actitud, es síntoma de la presión y el sufrimiento que conlleva el cargo.

 

 

Por su parte, Alberto Núñez Feijóo llega al ciclo electoral con el viento a favor.

 

 

La coyuntura política y social favorece al líder del PP, que tiene ante sí una oportunidad histórica para convertirse en presidente.

 

 

Sin embargo, Feijóo enfrenta una doble pinza interna que le dificulta capitalizar ese momento.

 

 

Por un lado, Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid, le disputa el liderazgo y la popularidad dentro del partido.

 

 

Por otro, Santiago Abascal y Vox le presionan desde la derecha, obligándole a endurecer su discurso y perder parte de la moderación que le caracterizaba como presidente de Galicia.

 

 

Revilla describe cómo Feijóo ha perdido parte de su personalidad política, pasando de ser un hombre moderado y dialogante a adoptar un tono más agresivo y faltón en Madrid.

 

 

Las disputas internas, la competencia con Ayuso y la presión de Vox le han llevado a cometer errores estratégicos, como lanzar ataques personales y adoptar discursos que no le corresponden.

 

 

Además, Feijóo parece estar estancado en las encuestas, sin lograr capitalizar la coyuntura favorable ni superar los resultados de las últimas elecciones.

 

 

Un detalle curioso que revela la tensión interna en el PP es la comunicación en clave que Feijóo mantiene con algunos interlocutores, como Miguel Ángel Revilla.

 

 

Mensajes incomprensibles, enviados por SMS, sugieren que el líder popular recurre a códigos internos para evitar filtraciones o malentendidos.

 

 

Esta falta de transparencia y la confusión en la comunicación son síntomas de la presión y el nerviosismo que atraviesa el partido.

 

 

La debilidad principal de Feijóo, según Revilla, es la pérdida de coherencia y personalidad.

 

 

El líder del PP ha dejado de ser el referente moderado que prometía templar el Parlamento y hacer de Madrid un espacio habitable para el diálogo político.

 

 

En su afán por no quedarse atrás frente a Ayuso y Abascal, ha adoptado posturas y discursos que le alejan de su base original y le hacen perder credibilidad.

 

 

El futuro político de España, por tanto, está marcado por la incertidumbre y la volatilidad.

 

 

Sánchez y Feijóo se enfrentan a desafíos internos y externos que ponen a prueba su liderazgo y su capacidad para conectar con una sociedad cada vez más desencantada y polarizada.

 

 

La economía, la desigualdad, la corrupción y la coherencia política serán los ejes sobre los que se decidirá el próximo ciclo electoral.

 

 

La posibilidad de un gobierno de coalición entre PP y Vox, con Feijóo de presidente y Abascal de vicepresidente, es un escenario que muchos ven con preocupación.

 

 

El auge de Vox y la dependencia del PP de sus votos pueden llevar a un giro radical en la política española, alejándose de la moderación y el consenso.

 

 

Revilla lo resume con una advertencia clara: “Si sigue el aumento imparable de Vox, Feijóo puede tener un peor resultado que en las últimas elecciones y depender aún más de Vox”.

 

 

En definitiva, el momento político actual exige responsabilidad, transparencia y coherencia por parte de los líderes.

 

 

Las acusaciones infundadas, la polarización y la falta de proyecto vital para los jóvenes son retos que deben abordarse con valentía y honestidad.

 

 

El futuro de España está en juego, y solo quienes sean capaces de ofrecer soluciones reales y conectar con las preocupaciones de la ciudadanía podrán aspirar a liderar el país en la próxima década.