El Último Cartucho de la Defensa: La Estrategia Alternativa del Fiscal General ante el Supremo

Titular: El Veredicto Pendiente: García Ortiz Cierra su Juicio en el Tribunal Supremo con una Nueva Teoría sobre la Filtración de los Correos.

I. El Telón Cae: Fin a Seis Días de Alta Tensión Judicial

Tras seis intensas sesiones que mantuvieron en vilo a los observadores políticos y jurídicos, el juicio contra el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha quedado visto para sentencia este jueves en el Tribunal Supremo de Madrid.

La vista oral, presidida por el magistrado Andrés Martínez Arrieta, se cerró con la declaración final del abogado general del Estado, José Ignacio Ocio, marcando el punto final a un proceso que ha puesto a prueba la imparcialidad del máximo representante del Ministerio Público.

El Tribunal ofreció a García Ortiz la tradicional oportunidad de ejercer su derecho a la última palabra, un momento que a menudo se utiliza para lanzar un mensaje final al tribunal o a la opinión pública.

Sin embargo, el fiscal general decidió no hacer uso de este derecho, un gesto que selló formalmente la conclusión de una vista que ha convocado a cerca de 40 testigos, incluyendo a periodistas, funcionarios y al propio acusado, quien fue interrogado el pasado miércoles.

Durante su declaración ante el tribunal, García Ortiz mantuvo una defensa firme de su actuación, negando categóricamente haber sido la fuente de la información sensible que se difundió a los medios.

El caso, que ha captado una atención inusual, gira en torno a la difusión de un correo electrónico crucial del 2 de marzo, relacionado con el procedimiento judicial que afecta a la pareja de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador.

II. La Nueva Estrategia de la Defensa: Desviar el Foco de la Responsabilidad

Uno de los giros más significativos de las últimas sesiones fue la presentación por parte de la defensa de García Ortiz de una interpretación alternativa sobre el origen de la filtración de los correos.

En un movimiento estratégico que busca alejar la responsabilidad de la cúpula de la Fiscalía General, la línea argumental se centró en señalar un posible foco de la difusión en un nivel inferior de la estructura.

Según la nueva teoría defendida ante el Supremo, el punto de fuga no estaría en la oficina del fiscal general, sino que podría situarse en la sede de la Fiscalía Superior de Madrid, específicamente en la tercera planta, donde desempeña su labor la fiscal Almudena Lastra.

La defensa, según informes de Vozpópuli, destacó que la fiscal Lastra mantiene una relación de tensión con la dirección actual de la Fiscalía General, si bien evitó señalarla directamente como la responsable de haber facilitado los datos sensibles.

Esta maniobra legal busca crear una duda razonable en el tribunal, sugiriendo que la cadena de custodia de la información pudo romperse en un punto distinto al despacho del acusado.

No obstante, la estrategia se ejecuta con delicadeza, ya que implica introducir un elemento de conflicto interno sin llegar a acusar formalmente a un colega.

Es una táctica de “defensa por triangulación”, buscando demostrar que existen otras vías de escape de la información que no conducen directamente a García Ortiz.

III. El Contrapunto de la Acusación: Un Testimonio Clave y la Autoinculpación

La Abogacía del Estado, que ha jugado un papel fundamental en el proceso, mantuvo una postura firme.

La pieza clave de su argumentación provino del testimonio de un subdirector del diario El País.

Aunque el periodista se acogió a su legítimo secreto profesional, un derecho fundamental en la prensa, sí aportó un dato esencial al tribunal: explicó que la persona que le proporcionó la información del email polémico pertenecía a la Fiscalía de Madrid.

Este testimonio, aunque anónimo en cuanto a la fuente, reforzó la tesis de que la filtración se originó dentro de la estructura del Ministerio Público.

Por otro lado, las acusaciones populares fueron contundentes al afirmar que los indicios contra García Ortiz no solo se mantuvieron durante las sesiones, sino que se vieron reforzados por la propia declaración del acusado.

Argumentaron que una de sus frases durante el interrogatorio, al afirmar que “la verdad no se filtra, se defiende”, se convirtió, irónicamente, en un elemento de incriminación.

Según la acusación, esta frase buscaba justificar la difusión del contenido del correo, asumiendo implícitamente un conocimiento profundo del proceso de comunicación de la información.

La acusación particular, en representación de González Amador, mantuvo que la filtración le había causado un perjuicio directo y notorio, y reiteró que el caso va más allá del ámbito penal.

Subrayó que la controversia tiene un innegable trasfondo político que siembra serias dudas sobre la imparcialidad y la gestión del máximo representante fiscal en un momento de gran polarización.

IV. Visto para Sentencia: El Peso de la Decisión Judicial

El cierre de la vista oral marca el inicio de un periodo de deliberación crucial para el Tribunal Supremo.

Tras escuchar a casi 40 testigos y analizar la extensa documentación presentada, los jueces deben ahora determinar si las acciones de Álvaro García Ortiz constituyen un delito y si existen pruebas suficientes que lo vinculen directamente con la difusión de la información reservada.

La sentencia que se dicte no solo afectará el futuro profesional y personal del fiscal general del Estado, sino que tendrá un impacto profundo en la credibilidad y la independencia institucional del Ministerio Público.

El veredicto final será interpretado como un mensaje claro sobre los límites de la actuación de los altos cargos en el ámbito judicial y la transparencia en el manejo de la información sensible.

Con la negativa de García Ortiz a ejercer su derecho a la última palabra, el proceso judicial ha concluido en su fase oral. Ahora, la expectación se traslada a la sala de deliberación del Supremo.

ALa decisión final, esperada con gran interés por todos los sectores, cerrará uno de los episodios más tensos y políticamente delicados de la justicia española reciente.