Xabier Fortes y ‘El Club de los Viernes’: un choque que reaviva el debate lingüístico y el clima político en redes

 

Xabier Fortes.

 

El periodista Xabier Fortes, uno de los rostros más reconocidos de Radio Televisión Española, volvió a situarse en el centro de la conversación pública tras un cruce especialmente tenso en X —la red conocida anteriormente como Twitter— con el ‘think tank’ ultraliberal El Club de los Viernes.

Lo que comenzó como un mensaje de agradecimiento del presentador acabó derivando en un rifirrafe que encendió las redes y reabrió una discusión que regresa cíclicamente: el lugar del gallego en Asturias, su legitimidad cultural y el modo en que ciertos sectores interpretan cualquier defensa del patrimonio lingüístico como un gesto político.

La chispa se encendió cuando Fortes compartió en su perfil que había recibido el premio Axuntar en Oviedo, un reconocimiento entregado por asociaciones culturales que trabajan por la protección y la difusión del gallego-asturiano.

El presentador lo acompañó con un comentario irónico, recordando a sus “fans” que en esta ocasión no había hablado ni de Hernán Cortés ni de la conquista de México, una referencia directa al tenso debate que mantuvo días antes con el escritor Juan Miguel Zunzunegui en La noche en 24 horas.

Su publicación, aparentemente inocente, se viralizó con rapidez.

La reacción del ‘think tank’ que cambió el tono de la conversación

El comentario del colectivo ultraliberal apareció pocas horas después.

Cuestionaban abiertamente la existencia misma del gallego en Asturias y calificaban de “patochada nacionalista” cualquier intento de defenderlo.

Además, aprovecharon su respuesta para insinuar que Fortes había sido “repasado” por Zunzunegui en el debate televisivo, un mensaje que mezclaba crítica lingüística, ataque ideológico y descalificación profesional.

La organización sostenía que ni el gallego ni el bable se hablan realmente en Asturias, y que, en consecuencia, cualquier iniciativa para proteger estas variedades carecía de sentido.

La afirmación provocó un impacto casi inmediato: en la red se reactivó una discusión conocida por los usuarios habituales, marcada por la tensión entre quienes reclaman un reconocimiento más claro del gallego-asturiano y quienes rechazan toda asociación entre lengua e identidad cultural.

La réplica de Fortes: firmeza, ironía y un cambio de tono

Fortes no tardó en responder.

Su mensaje, mucho más contundente de lo habitual en un periodista de RTVE, dejó claro que no iba a permitir lo que consideraba una negación flagrante de la realidad lingüística del Principado.

Recordó que desde el Eo hasta el Navia existen dieciocho concejos donde el gallego se habla con total naturalidad, una afirmación respaldada por décadas de estudios filológicos y por la presencia documentada de la variedad en la vida cotidiana del occidente asturiano.

El tono de su respuesta sorprendió a muchos usuarios: era irónico, firme e incluso áspero, algo poco común en una figura que suele mantener un perfil institucional.

Sin embargo, para un sector amplio de la red, la contundencia fue vista como una reacción legítima ante lo que consideraban un intento de desacreditar una evidencia cultural.

Otros usuarios, en cambio, criticaron la dureza del presentador, subrayando que, como rostro de la televisión pública, debería evitar expresiones excesivamente directas en un espacio tan expuesto como X.

Un debate que nunca termina

El episodio volvió a poner sobre la mesa la cuestión del gallego-asturiano, una variedad lingüística cuya situación oficial permanece en un limbo.

Aunque su uso en el occidente está ampliamente documentado, su reconocimiento institucional no ha avanzado al ritmo que reclaman muchos colectivos culturales.

Esa indefinición ha convertido el tema en un terreno fértil para el debate político, especialmente en un momento donde la identidad regional ocupa un espacio notable en la conversación pública.

Por otra parte, la intervención del ‘think tank’ reavivó la discusión sobre los límites entre ideología y cultura.

Para algunos usuarios, negar la presencia del gallego en Asturias responde más a una postura política que a una valoración lingüística.

Otros sostienen que cualquier intento de regular o promover una variedad regional supone una forma de construcción identitaria que consideran excesiva.

 

La conversación en redes: apoyos, críticas y un eco mediático inevitable

El cruce entre Fortes y el grupo ultraliberal se convirtió, en cuestión de minutos, en uno de los temas más comentados del día.

Entre las respuestas se mezclaban mensajes de apoyo, reproches, datos filológicos, comentarios humorísticos e incluso referencias al ya famoso debate sobre la conquista de México.

La velocidad con la que se generó contenido reflejó, una vez más, que los debates lingüísticos se han transformado en un terreno inesperadamente emocional y polarizado.

 

 

En paralelo, varias voces destacadas del periodismo y la cultura se pronunciaron indirectamente sobre el tono de la discusión, señalando que la frontera entre la crítica y la descalificación se diluye con facilidad en plataformas donde la inmediatez pesa más que la reflexión.

Algunos defendieron la reacción de Fortes como un ejemplo de firmeza frente a la desinformación, mientras que otros alertaron del riesgo de que figuras públicas entren en espirales de confrontación que pueden distorsionar su imagen profesional.

 

Una muestra del clima actual en el debate público digital

El enfrentamiento entre el periodista y el colectivo no es un hecho aislado.

Se enmarca en una tendencia creciente: debates rápidos, virales y muy polarizados, donde la ironía, el sarcasmo y la dureza sustituyen a menudo al análisis sosegado.

La cuestión lingüística, en particular, suele ser un detonante potente porque combina identidad, cultura, política y emociones.

En esta ocasión, el protagonista involuntario fue un reconocimiento cultural que debería haber pasado discretamente por la agenda mediática.

En cambio, se convirtió en un ejemplo más de cómo un comentario aparentemente sencillo puede multiplicarse hasta generar un intenso foco de atención, reabrir discusiones históricas y movilizar a miles de usuarios en cuestión de minutos.